México Evalúa, uno de los think tanks más profesionales y rigurosos del país, acaba de publicar un estudio sobre “El Gasto en Seguridad. Observaciones a la ASF a la gestión y uso de recursos“. Con base en las observaciones derivadas de las auditorías de desempeño de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), el estudio diagnostica los principales problemas en materia del gasto en seguridad en los tres ámbitos de gobierno.
Buena parte de la discusión reciente se ha concentrado en los montos presupuestales destinados a seguridad pública y en las cifras que dimensionan el problema (muertos, decomisos, presos). Poco se ha estudiado, en cambio, la calidad del gasto y los procesos de ejecución del presupuesto. Este estudio tiene dos virtudes principales. La primera es que muestra el problema de la gestión del dinero público destinado a este rubro, que no pasa por los montos asignados, ni por la distribución entre los ámbitos de gobierno, sino por los flujos de información, la rendición de cuentas y la evaluación de la eficacia del gasto. En tanto este problema no se atienda efectivamente, parece que el país da palos de ciego (o costalazos de dinero) sin saber su destino ni, mucho menos, su efecto.
La segunda virtud es su propósito de utilizar la información generada por la ASF para producir un análisis accesible, que pueda detonar mayor exigencia ciudadana y mejores procesos de decisión. La ASF suele generar datos, análisis y recomendaciones que pasan desapercibidas en el debate público, y que los gobiernos ignoran sin consecuencia alguna. Este documento es un muy buen primer paso en el uso de esta información para informar la discusión entre ciudadanos y gobiernos.
Como lo señala Edna Jaime en la presentación del estudio:
[Los hallazgos de la Auditoría] son relevadores de los enormes espacios de oportunidad que existen para mejor la efectividad y transparencia del gasto en la materia. Este trabajo los analiza y sintetiza de manera que puedan ser accesibles al público interesado pero, sobre todo, que puedan incidir en la toma de decisiones futuras en materia de asignación y ejercicio de recursos en este tema. No podemos permitirnos dispendios y opacidad, cuando el problema nos desborda de una manera tan brutal.