Con marcados atrasos en sus niveles de corrupción, México perdió seis posiciones y se ubicó en el lugar 55 de 178 países evaluados en la clasificación de “Libertad Económica” elaborada por la Fundación Heritage de Estados Unidos (EU) y el rotativo Wall Street Journal.
Desde su lanzamiento en 1995, el índice considera cuatro áreas de libertad: Estado de Derecho, eficacia reguladora, gasto de gobierno y apertura de los mercados.
“La agenda de reformas del gobierno ha sido amplia, pero el progreso ha sido poco activo. El sistema judicial es lento para resolver casos y vulnerable a la corrupción”, externaron los autores sobre el desempeño de México.
De los cuatro pilares, la economía mexicana tuvo su peor desempeño en Estado de Derecho, afectado por sus niveles de corrupción, donde se colocó en el lugar 103, cinco lugares abajo frente al 2013.
Según el estudio, la corrupción está muy incrustada en la cultura de México y se mantiene penetrante en todos los niveles de la sociedad, alimentada y atrincherada por el poder de los monopolios, los líderes de partidos y otras mafias.
“Miles de millones de narco-dólares entran a México cada año de EU, afectando a políticos particularmente en los niveles municipales y estatales”, agregó.
Otros malos resultados del país se registraron en libertad laboral (posición 108), libertad fiscal (74) y libertad monetaria (69). Sus mejores clasificaciones estuvieron en libertad de negocios (40), libertad financiera (41) y comercial (45).
En la publicación se afirma que, para avanzar, México requiere reducir los subsidios energéticos, incrementar el crédito bancario, reducir el tiempo para abrir negocios (cumplir los requisitos lleva más de dos meses) y quitar restricciones a las inversiones.
En una tendencia a largo plazo, desde 1995, la variable en la que México ha perdido más puntos (-20.3) es la corrupción y en la que más ha ganado es la libertad financiera (30).
La clasificación fue encabezada por Hong Kong, seguido por Singapur, Australia, Suiza, Nueva Zelanda y Canadá.
Estados Unidos se situó en la posición 12, una pérdida de dos lugares, con lo que por primera vez salió del grupo de las 10 economías más competitivas en este indicador. Una de las razones expuestas fueron las restricciones que fijó a las importaciones de tomates originarias de México.