Más de 20 ministros de desarrollo social de América Latina se reunieron en la sede de las Naciones Unidas para discutir, además de la reducción de la pobreza, cómo seguir reduciendo las desigualdades y atender a las demandas de la clase media emergente de la región. Esto a través de la mejora de los servicios públicos y una mayor rendición de cuentas, destacando que 38 por ciento de la población latinoamericana podría caer en una situación de pobreza al vivir con entre cuatro y 10 dólares por día.

Por medio de un comunicado, se dio a conocer que en la apertura del VI Foro Ministerial para el Desarrollo, reunión organizada por el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD), el experto en competitividad de la Universidad de Harvard, Michael Porter, subrayó que las empresas locales, las ‘multilatinas’ y las multinacionales pueden y deben desempeñar un papel crucial en la reducción de la pobreza y la desigualdad en América Latina, particularmente, si ofrecen productos y servicios que generen lucro e impulsen el crecimiento económico y social.

La administradora del PNUD, Helen Clark, elogió el éxito de América Latina en sacar a millones de personas de la pobreza y reconoció los esfuerzos de los gobiernos para hacer la toma de decisiones más transparente y sensibles a las nuevas demandas.

“Las protestas y eventos en todo el mundo nos recuerdan que los ciudadanos quieren una mayor participación en las decisiones que afectan a sus vidas. Junto con el movimiento de salida de la pobreza, la gente tiene expectativas de ser oída, de estar involucrada y de contar con servicios públicos accesibles”, dijo Helen Clark.

Por su parte, el general de Naciones Unidas y Director del PNUD para América Latina y el Caribe, Heraldo Muñoz, destacó que el reto es mejorar las instituciones para que puedan responder a un nuevo nivel de la ciudadanía de alta intensidad. “Muchas de las protestas callejeras en América Latina son movilizaciones de las nuevas clases medias, crecientemente endeudadas que aspiran a más y exigen servicios públicos de calidad y trato digno”, agregó.

La ex Ministra de Planificación de Chile, Clarisa Hardy, presentó un nuevo estudio encargado por el PNUD que muestra que el 38 por ciento de los latinoamericanos están en una situación vulnerable; es decir, viven con cuatro a 10 dólares por día, corriendo el riesgo de volver a caer en la pobreza, en particular debido a que la calidad de su educación, la falta de acceso a servicios de salud y las condiciones de trabajo.

Dicho estudio agrupa los países de América Latina en términos de porcentaje de personas de la clase media (que viven con 10-40 dólares diarios) y que viven en la pobreza (con menos de cuatro dólares al día) y la pobreza extrema (con menos de 2.5 dólares al día).

Uruguay, Argentina y Chile son los países con los niveles proporcionales más bajos de pobreza y con la clase media más grande. Costa Rica, Panamá, Brasil, Colombia, Bolivia, México, Venezuela y Ecuador se caracterizan por tener una población pobre mediana, proporcionalmente, y sectores medios emergentes. Por último, Paraguay, República Dominicana, Perú y El Salvador presentan altos niveles de pobreza y sectores medio débiles.

En general, más del 30 por ciento de los latinoamericanos viven con menos de cuatro dólares al día, con 16 por ciento de la población viviendo en condiciones de pobreza extrema (menos de 2.5 dólares al día), según el estudio del PNUD.

Sólo el 2 por ciento de la población está clasificada como parte de la clase alta (que viven con más de 50 dólares al día), y casi el 30 por ciento son parte de la clase media (que viven con 10-50 dólares al día).

A pesar de que la desigualdad ha disminuido, 10 de los 15 países más desiguales del mundo se encuentran en América Latina, según cifras del PNUD. Sin embargo, el progreso es visible: en 16 de 17 países, la desigualdad de ingresos se ha reducido en los últimos 10 años.

Esto se debe en gran parte al hecho que América Latina es un líder mundial en programas sociales que dan ayuda financiera a las personas que viven en la pobreza con la condición de que sus niños permanezcan en la escuela, se hagan chequeos médicos de manera regular y se mantengan al día con las vacunas . Además del crecimiento económico en la última década, estos esquemas de transferencia están entre los principales motores de la reducción de la pobreza en 18 países de la región.

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