Baja calificación en materia de transparencia y reiteradas peticiones de amparos para no entregar la información pública solicitada caracterizaron el proceder del Fideicomiso de la Central de Abasto (Ficeda) mientras fue sujeto obligado a la transparencia, hasta el primer trimestre de este año, cuando por resolución del pleno del Instituto de Acceso a la Información Pública (Infodf) dejó de tener ese carácter.

Así lo expresaron los comisionados del Infodf Óscar Guerra Ford y Luis Fernando Sánchez Nava, quienes remarcaron que ese fideicomiso es el responsable del manejo operativo de la Central de Abasto, lugar que después de la Bolsa Mexicana de Valores es donde más dinero se mueve a diario, razón por la cual era objeto de numerosas solicitudes de información por los capitalinos; de hecho, de 2009 a marzo de 2013 sumaron 883 peticiones.

Sin embargo, varias no fueron respondidas, con el argumento de que el Ficeda era un fideicomiso privado, situación que a la postre llevó a sacarlo de la lista de 108 entes de la administración pública local que están obligados a la transparencia, luego de un análisis jurídico de los comisionados ciudadanos.

En entrevista, Guerra Ford manifestó que cuando algún particular se inconformó ante el Infodf para obligar al Ficeda a entregar la información solicitada, las resoluciones de los comisionados siempre fueron en favor del ciudadano, pero el Ficedametió muchos amparos contra nuestros fallos para no entregar lo que se pedía.

Destacó que cuando fue sujeto obligado, el Ficeda traía siempre calificaciones de 2.25 (sobre un máximo de 100) en materia de transparencia. Dijo que ahora que ya no es sujeto obligado “no implica que no se puedan conocer cosas sobre la Central de Abasto. Lo podemos hacer, claro que sí, pero ahora hay que hacer las solicitudes de información vía la Secretaría de Desarrollo Económico.

El comisionado Luis Fernando Sánchez Nava coincidió en que el Ficeda siempre fue ejemplo de opacidad mientras estaba en la lista de entes obligados a la transparencia, en la cual, por cierto, siempre era de los que tenían las más bajas calificaciones.