Hay jueces “tan sin vergüenza” en América Latina que se sientan después de su trabajo a ver los expedientes de sus clientes y lo ven como si fueran abogados –no impartidores de justicia-, dan consejos y cobran. A estos, el sistema corrompido de control interno los protege porque tienen mucho poder, señala Fernando O’ Phelan Pérez, presidente ejecutivo de ProJusticia de Perú.
De visita en México para atender compromisos académicos, O’ Phelan afirma que, en el combate a la corrupción en los sistemas judiciales de América Latina “nada se puede hacer desde la sociedad civil y los medios (de comunicación), si la gente no habla”.
ProJusticia, Centro de Estudios para el Desarrollo de la Justicia, es una organización que persigue la modernización del Sistema de Justicia, la plena autonomía del Poder Judicial, el respeto a la independencia de los jueces y la participación ciudadana para consolidar el valor de la justicia en Perú.
“Los malos funcionarios judiciales, tienen un negocio en el proceso largo, en cuanto más largo es el proceso, un abogado tramposo gana”, señala O’ Phelan.
El presidente de ProJusticia considera que hay empresarios formales en América Latina que ya no pueden competir en la corrupción, y esto se da cuando la otra parte paga más para ganar un caso. “A veces no puedes competir con la otra parte, porque usa esta justicia corrupta”, enfatiza Fernando O’Phelan.
La justicia en América Latina
“En América latina hay una Disneylandia judicial que es Costa Rica”, señala el abogado O’ Phelan, pues dice que el sistema de justicia en ese país centroamericano tiene una aprobación de la población de 80%, mientras que en Perú, el poder judicial tiene un rechazo de 90%. Sin embargo, hizo referencia al sistema judicial en los Andes, llamado “Justicia de paz no letrada”, que funciona para resolver los problemas de las comunidades y cuenta localmente con 90% de aceptación.
Cómo avanzar en combate a la corrupción
Para ejemplificar la corrupción de los jueces en Perú, O’ Phelan utiliza un platillo típico de su país: el pollo a la brasas. Dice que así son los diferentes tipos de impartidores de justicia:
Juez como pollo a la brasa completo, corrupto por todos lados; medio a la brasa, que sí han ejercido corrupción, pero tienen vergüenza de sus actos; y los cuarto de pollo a la brasa, que le hacen favores a sus amigos y conocidos.
Para combatir esto, el presidente de ProJusticia, propone:
- Que la prensa, sociedad civil y políticos decentes, identifiquen a este tipo de jueces (pollo a la brasa).
- Lograr que la gente hable, para tener una idea de cuánto cuestan las cosas. A diferencia de Perú, O’ Phelan menciona que en México y otros países de la región no se ha visto un estudio sobre costos ocultos, es decir, lo que se paga por corromper a la justicia.
- Orientar al ciudadano, ya que las personas que cometen actos de corrupción, lo hacen porque saben que el sistema funciona así.