El Instituto Federal Electoral (IFE) urgió al Congreso mexicano a aprobar lo antes posible las leyes secundarias que “enderecen” las deficiencias que, desde su punto de vista, contiene la reforma político-electoral aprobada en diciembre pasado.

El paquete legislativo incluye cuatro leyes: una ley general de partidos, una de procedimientos electorales, una que fije las penas para quien cometa delitos en época de comicios y una para imponer límites al gasto de los gobiernos en publicidad oficial.

Las leyes secundarias deben quedar aprobadas por ambas cámaras a más tardar el 30 de abril. Se prevé que su discusión inicie mientras la reforma constitucional es revisada por los congresos locales, un requisito indispensable antes de que sea promulgada y entre en vigor.

“Dentro de poco, se abrirá una oportunidad para que a través de la legislación secundaria se solventen las imprecisiones, se aclaren las dudas, se resuelvan las incertidumbres y se trate de paliar los equívocos que se derivan de los cambios constitucionales. Pero ello implica un ejercicio de una enorme responsabilidad por parte de los actores políticos y de los legisladores federales”, dijo este miércoles el consejero presidente del IFE, Lorenzo Córdova.

Al término de la sesión del Consejo General, Córdova señaló a pregunta expresa que los primeros aspectos que deben aclarar las leyes secundarias son en qué condiciones el nuevo Instituto Nacional Electoral (INE) podrá atraer facultades de órganos electorales locales —como la organización de comicios—, de qué forma operará el servicio profesional electoral y cuándo iniciará el proceso electoral 2014-2015.

Las leyes actuales establecen que el proceso comience la primera semana de octubre próximo. Sin embargo, la reforma contempla que la elección de 2015 se delante de julio a junio, por lo que no queda claro en qué fecha debe empezar el proceso, según los consejeros.

Por separado, el consejero Marco Antonio Baños dijo que otros temas que deben aclararse son de qué manera el INE fiscalizará los recursos de todos los partidos y cómo funcionarán las candidaturas independientes, cuya reglamentación debía haber quedado lista en agosto de 2013.

Al asumir la presidencia rotativa del instituto —que dejará el 4 de febrero—, Córdova señaló que la reforma político-electoral “no fue discutida a plenitud” ni partió de “un diagnóstico compartido” por todos los implicados, lo que significó que fuera aprobada con deficiencias.

La reforma se discutió y aprobó en pocos días, luego de que el opositor Partido Acción Nacional (PAN) la había puesto como condición para debatir la reforma energética del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Ante el Consejo General del IFE, Córdova consideró que si las fallas no son corregidas, se generará incertidumbre en las elecciones federales de 2015, en las que se renovará la Cámara de Diputados y cuya preparación debe comenzar en 2014.

“Si queremos acotar los escenarios de riesgo, el IFE debe ser escuchado”, dijo Córdova, que fue respaldado por los otros tres consejeros en funciones.

La reforma implica, entre otros puntos, que el IFE sea reemplazado por el INE, la reelección de legisladores y alcaldes, la creación de gobiernos de coalición y la autonomía de la Procuraduría General de la República (PGR) y del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Para que esos cambios puedan ser promulgados por el presidente Enrique Peña Nieto y entren en vigor, se requiere que antes sean avalados por al menos 16 congresos locales. Hasta este miércoles, sólo siete les han dado el visto bueno, según un reporte del Senado.

La discusión de las leyes secundarias de la reforma político-electoral se empalmará con la elaboración de la legislación reglamentaria de otras dos reformas constitucionales: la energética y la de telecomunicaciones…

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