Se reconoce desde nuestra Carta Magna que cada Municipio será gobernado por un Ayuntamiento de elección popular directa, integrado por un presidente municipal y el número de regidores y síndicos que la ley determine.

La Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, en su artículo 26 numeral 2 estatuye también  que los municipios serán gobernados por un Ayuntamiento de elección popular directa, conformado por un presidente municipal y el número de integrantes que determine la Constitución  y la ley de cada estado. Hasta aquí, nos queda claro que deberíamos elegir a los Concejales por elección directa, que incluye al presidente municipal.

En Oaxaca, la realidad  es otra, nos han engañado de manera deliberada, con la confabulación de todos los partidos políticos y el Instituto electoral local, han conculcado la representación ciudadana, a través del primitivo Código  de Instituciones Políticas y Procedimientos Electorales para el Estado de Oaxaca. Como es sabido, nuestra anterior legislatura  prefirió enredar la armonización de la reforma política electoral, antes de dar paso a proponer un proyecto para la elección de los integrantes de los Ayuntamientos. Claro hoy en día, varios de ellos son presidentes municipales.

Las planillas en este nivel de gobierno han propiciado la fragilidad política de síndicos y regidores, que se han convertido en espectadores y en espacios para cuotas partidistas. En su artículo 82 señala que los Ayuntamientos serán integrados por un Presidente municipal, uno o dos síndicos, y en los municipios que tengan de 100 mil a 300 mil habitantes, el Ayuntamiento se integrará por 11 Concejales electos por el principio de mayoría relativa y hasta 5 regidores de representación proporcional. En la misma tesitura,  el artículo 153 señala que para los Ayuntamientos que se elijen por partidos políticos, las candidaturas se integrarán por “planillas” integradas por propietarios y suplentes. Este sistema electoral basado en planillas en el Código estatal atenta contra nuestra democracia, contra la Constitución  General y contra la Ley  General en materia electoral.

En Oaxaca, en los municipios regidos por partidos políticos  prevalece un modelo autoritario que debilita a las regidurías y sindicaturas municipales, pone en riesgo la naturaleza colegiada de los cabildos, abona a las cuotas partidistas y fomenta campañas electorales viciosas. En este tipo de Integración por planillas, predomina del partido que obtenga más votos, no importando la diferencia de votos obtenida con los otros partidos, asaltan abrumadoramente el Ayuntamiento

Siguiendo con nuestro obsoleto Código, en su artículo 248 señala que en términos de la Ley Orgánica Municipal, en la primera sesión de cabildo, a la planilla ganadora le serán reconocidos el Presidente Municipal, el Síndico o Síndicos y la Regiduría de Hacienda. Por eso estamos como estamos en cada cambio de administración municipal, el Sínico, perdón Síndico, y el Regidor de Hacienda, mantienen lealtad partidista y política hacia el Presidente Municipal. No es circunstancial lo que se vivió en días pasados en el cambio de gobiernos municipales, Ayuntamientos que no entregaron nada, literal, otros que dejaron los inmuebles con candados, otros que se llevaron vehículos, otros vaciaron los archivos, la lista es larga, Xoxocotlán, Santa Lucía del Camino y muchos más, lo vivieron.

Este modelo autoritario de falta de representación,  genera corrupción  e impunidad avalada desde un Código de Procedimientos Electorales gestado desde la hegemonía partidista. Oaxaca ya tuvo dos legislaturas con mayoría opositora al PRI y no legisló el tema, la última, deliberadamente no armonizó la Reforma Constitucional.

Las Sesiones Solemne y  ordinarias del nuevo Ayuntamiento de la capital, una ausencia de representación política y, de pesos y contrapesos necesarios en un órgano colegiado, son sesiones de mero trámite; resulta que el presidente  municipal y sus concejales de planilla, tienen mayoría, simple y calificada para todos los asuntos que se sometieron al Cabildo. El PAN, MORENA Y PT son un convidado de piedra en el Ayuntamiento., asistan o no, voten en contra o se abstengan, no pasa nada. La orden del día, con ínfulas de autoritarismo, se dispensó la lectura de todo lo que ahí se trató, se entregaron documentos en el mismo acto para ser aprobados, se propusieron, votaron y tomaron protesta a servidores públicos sin poder ser auscultados previamente, se eximió de la fianza al tesorero municipal, se obvió la lectura de la integración de las comisiones, todo por mayoría simple o calificada. Dicho coloquialmente, los partidos de oposición le hacen “lo que el aire a Juárez” al presidente municipal y sus concejales. Asistir a una sesión  de cabildo me recordó  a nuestro congreso federal en los años setenta, cuando se aprobaba por unanimidad lo que dictaba el presidente y todos levantaban la mano. Así sucede en nuestra capital en pleno siglo XXI, así de arcaico esta nuestro modelo de integración  de los Ayuntamientos.

Los 5 concejales de oposición poco o nada abonarán a la mejora en la gestión pública, cuando sometan un asunto de suma importancia en materia de transparencia, combate a la corrupción y rendición de cuentas, al ser sometido a votación dependerá de la voluntad política del presidente municipal y sus concejales. Solo saldrá avante lo que apruebe el cabildo por mayoría  simple o calificada.

No me queda la menor duda, que la corrupción y la impunidad se han cimentado en este nivel de gobierno, al tener mayoría abrumadora el partido que ganó las elecciones, toma por asalto al Municipio, sin ningún contrapeso ciudadano o político real que permita contener los abusos desde su máximo órgano de gobierno, el Ayuntamiento.

El Congreso oaxaqueño debe legislar, para modificar este modelo de planillas en la integración  de los Ayuntamientos, para que sean elegidos por elección directa todos los cargos que lo componen, solo así podríamos hablar de una participación real y de contrapesos ciudadanos y  terminar con este juego perverso de las cuotas en regidurías que debilitan nuestra democracia y además ocasionan corrupción  e impunidad. Aunque ganara el presidente municipal de un partido, no implicaría que tuviera la mayoría de los concejales, estos mediante alguna consideración territorial podrían ser votados para alcanzar una representación real de los ciudadanos en el seno del Ayuntamiento.

Apremia la armonización de la Reforma Política Electoral que la pasada legislatura no quiso afrontar. Los municipios de Oaxaca regidos por partidos políticos, no pueden ser una ínsula antidemocrática y un obstáculo para la participación ciudadana.

Desde la arena ciudadana seremos unos vigilantes permanentes de los Ayuntamientos municipales con más de 50 mil habitantes.  Impulsaremos la transparencia y ejercitaremos nuestro derecho de acceso a la información para transparentar la gestión pública municipal.