La progresividad tributaria se refiere a que las personas de mayores recursos paguen más impuestos. Este principio es el fundamento de los sistemas tributarios alrededor del mundo, pero en la práctica no es totalmente cumplido. En México encontramos 3 problemáticas específicas que nos alejan de un sistema tributario progresivo y que contribuyen a perpetuar la desigualdad.

  1. Los privilegios fiscales al capital

Un sistema tributario progresivo debería cobrar la misma cantidad de impuestos a las personas, independientemente de donde provengan sus ingresos. Por ejemplo, si una persona vende una propiedad, las acciones de una empresa o un inmueble en 1 millón de pesos, entonces debería pagar la misma cantidad de impuestos que una persona con un salario anual del mismo monto. Sin embargo, en nuestro país este no es el caso, quienes venden acciones de una empresa enlistada en el mercado de valores, tienen la oportunidad de pagar solo el 10% del Impuesto sobre la Renta (ISR), mientras que las personas asalariadas pueden llegar a pagar hasta un 35%.

Este tipo de privilegios no se limitan a la venta de acciones, quienes venden una casa-habitación solo deben pagar ISR si sus ganancias son mayores a 4.6 millones de pesos, y además existen otras disposiciones legales que permiten calcular el ISR en distintas formas y elegir aquella opción que implique pagar menos impuestos.

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Fuente: Fundar