La reforma electoral del presidente Andrés Manuel López Obrador pretende eliminar a los Organismos Públicos Locales (OPL) de los 32 estados criticando que actualmente duplican funciones con el Instituto Nacional Electoral (INE).

“Nos vamos a ahorrar más de 20 mil millones de pesos, porque también se van a terminar las duplicidades. ¿Por qué no tenemos un solo organismo que organice las elecciones en todo el país?”, dijo el mandatario este 28 de abril, durante la presentación de la iniciativa.

Sin embargo, la legislación actual establece que los OPL y el INE no repitan funciones, sino que trabajen de manera coordinada con responsabilidades diferenciadas organizando comicios locales -los primeros-, o nacionales. Y para ello cada uno ejerce sus propios recursos.

La Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (LGIPE) distribuye así la labor: al INE se le asignan asuntos federales, como la elección presidencial o del Congreso de la Unión. Mientras que los segundos llevan temas estatales, como las elecciones para gobernadores y diputados locales.

En este sentido, especialistas consultados por Animal Político coinciden en que suprimir los órganos electorales locales afectaría en la calidad de las elecciones, pues habría problemas de operación y saturación, sin que la reforma precise cuál sería el reordenamiento de tareas para, efectivamente, reducir costos.

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