En el contexto de implementación de mecanismos para evitar la movilidad, aglomeraciones y contener la propagación de la pandemia, las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) han mostrado su potencial para mantener, en cierto grado, el funcionamiento de la vida cotidiana. La crisis sanitaria aceleró los procesos de digitalización en todas las esferas de la sociedad y, en el caso de los procesos gubernamentales el uso de las TIC representa una oportunidad para aprovechar con mayor impulso el valor de los datos y la información pública, posicionándose como la pieza clave para reforzar el empoderamiento de la ciudadanía e incidir en los asuntos públicos que les afectan y/o benefician directa o indirectamente.

En México, la mayoría de las instituciones públicas se vieron obligadas a aplazar la oferta de sus servicios y, si bien, poco a poco las actividades se fueron reactivando para responder a las exigencias de la población, tal circunstancia evidenció la urgencia para modernizar y adaptar los procesos en la gestión del gobierno; lo anterior, sin dejar de atender los principios que rigen las actuaciones de los servidores públicos en el desempeño de sus cargos (disciplina, legalidad, objetividad, profesionalismo, honradez, lealtad, imparcialidad, integridad, rendición de cuentas, eficacia y eficiencia).

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Fuente: El Financiero