La autora hace un recuento de las vicisitudes que el Instituto de Transparencia e Información Pública de Jalisco y su ley han vivido a lo largo de su primer año. Destaca la importancia de la transparencia, pero sobre todo de las facultades del Instituto para hacer cumplir sus resoluciones y no convertirse solamente en una institución que emite opiniones respecto a los quehaceres de la administración pública.