La reforma constitucional en materia de transparencia y acceso a la información comienza a dar sus frutos. Sin ir más lejos, esta semana la Senadora Arely Gómez del PRI apoyada por Laura Rojas y Javier Corral del PAN, Alejandro Encinas y Zoé Robledo del PRD y Pablo Escudero del PVEM presentaron el nuevo Reglamento de Transparencia y Acceso a la Información de la Cámara de Senadores que contiene avances significativos para transparentar su labor (http://www.senado.gob.mx/?ver=sp&mn=2&sm=2&id=45635) .
La noticia pasó casi inadvertida, pero el acuerdo, que está ahora en la cancha de las comisiones unidas de reglamentos y de prácticas parlamentarias y de estudios legislativos- pone la lupa sobre los trabajos que se realizan y los recursos que se ejercen en el Senado de la República.
Aunque comparativamente con otros Congresos del mundo el Senado mexicano muestra indicadores importantes de transparencia, aún no cumple con criterios indispensables para el monitoreo ciudadano y la rendición de cuentas. Sólo en el informe de la cuenta pública del 2010, la Auditoría Superior de la Federación estableció que no se había podido verificar el destino de 916.4 millones de pesos asignados a Grupos Parlamentarios del Senado.
Por ello, es tan relevante los avances propuestos como: establecer los supuestos normativos por medio de los cuales, de manera excepcional, podrá clasificarse la información en el Senado; la introducción de la prueba de daño mediante la cual se debe de clarificar cualquier clasificación de la información y el habeas data (acción constitucional para la protección de datos) a favor de los ciudadanos. Además hay todo un capitulado destinado al manejo de archivos como base del acceso a la información.
El reglamento especifica que la mesa directiva, la junta de coordinación política y los grupos parlamentarios deberán publicar y actualizar como mínimo, en sus sitios electrónicos: i) el directorio de sus integrantes, ii) la estructura desagregada de los órganos de gobierno, iii) el informe trimestral del ejercicio presupuestal del uso y destino de los recursos financieros que el Senado otorgue a los Grupos Parlamentarios, iv) el listado del personal, v) la remuneración mensual por puesto, vi) las contrataciones de servicios personales señalando el nombre del prestador, objeto del contrato y vigencia; vii) monto de contrataciones de servicios personales, viii) cualquier otra información que consideren útil o relevante.
También abre la puerta para conocer las minutas de las reuniones de comisiones y por lo tanto las votaciones, así como la publicación de información actualizada sobre los sueldos, publicaciones y autorías provenientes del Instituto Belisario Domínguez, Centro de Estudios “Gilberto Bosques”, Coordinación de Comunicación Social y Centro de Capacitación y Formación permanente.
Varias organizaciones de la sociedad civil celebraron este avance aunque aprovechando este importante impulso a favor de la transparencia parlamentaria, han señalado la necesidad de especificar que algunos datos –como las asistencias y las votaciones-se publiquen en tiempo real y que toda la información se presente en formatos accesibles a la ciudadanía. Desde el año pasado la Senadora Laura Rojas había presentado una iniciativa al respecto, ahora sí no hay pretexto para no abrir el Senado a la ciudadanía.
Corolario: Corre el tiempo para el periodo de ratificación e integración del pleno del IFAI. Diversas organizaciones han exigido al Senado que justifiquen y expliciten los criterios que utilizarán para tan importante decisión. El éxito de la reforma dependerá en gran parte de quienes integren el órgano garante.