. En los últimos ocho años, el promedio anual del gasto ejercido por el Ejecutivo superó el aprobado por la Cámara de Diputados en 262 mil millones de pesos.
• Se debe regular adecuadamente el presupuesto suplementario que se ejerce durante el año fiscal, para mejorar su control y promover decisiones orientadas a la obtención de resultados.
• En el contexto actual, en el que el gobierno recauda y gasta más, es imprescindible mejorar el ciclo presupuestal.
“En México, el presupuesto es una Caja Negra. Se gasta más de lo que se aprueba, se gasta diferente y no existen mecanismos de transparencia y rendición de cuentas suficientes y adecuados que permitan entender estos cambios de manera oportuna”, afirma México Evalúa, Centro de Análisis de Políticas Públicas, en su estudio “Descifrando la caja negra del gasto”.
Al analizar las fases del presupuesto, la organización detectó deficiencias en la planeación, presupuestación, ejercicio y evaluación del gasto, así como falta de transparencia en los reportes de su ejecución. En este contexto, se abren espacios para tomar decisiones discrecionales, que no necesariamente promueven el mejor uso de los recursos públicos en beneficio de la población.
El primer problema que identificó la organización es la falta sistemática de apego a la realidad a la hora de diseñar el presupuesto. Como consecuencia, las ampliaciones al presupuesto durante su ejercicio han sido la regla. México Evalúa reporta que en los últimos ocho años el promedio anual del gasto ejercido por el Ejecutivo superó el aprobado por la Cámara de Diputados en 8.3 por ciento o 262 mil millones de pesos.
La falta de presupuestos realistas conlleva en la práctica al ejercicio de un presupuesto paralelo o suplementario, que no se procesa por las vías institucionales convencionales. Además, una parte de estas ampliaciones del presupuesto se destina a los presupuestos de los Ramos Generales, que aún se rigen con un alto nivel de opacidad, debido a que la normatividad para definir su funcionamiento es insuficiente.
México Evalúa encontró que la estimación de los ingresos tampoco es realista, y se subestiman sistemáticamente. En el mismo periodo de análisis, los ingresos excedentes del Gobierno Federal ascendieron a alrededor 243 mil millones de pesos promedio anuales. La organización señala que el Gobierno Federal no explica suficientemente a qué programas y proyectos y con qué criterios se asignan los excedentes. Una muestra de ello es el Fondo de Estabilización de Ingresos Petroleros (FEIP) que recibe parte de dichos ingresos, sin que se conozcan los criterios de sus asignaciones.
La organización señala que la adecuación del presupuesto puede ser legítima para mejorar la efciencia del gasto o cuando se busca un mejor cumplimiento de los objetivos de los programas gubernamentales. Sin embargo, según México Evalúa, “corroborar la mejora en el cumplimiento de los objetivos se vuelve casi imposible en la práctica. El desarrollo del Presupuesto Basado en Resultados (PbR) es incipiente. En 2013, 27 por ciento del gasto programable (lo que representa 822 mil millones de pesos) no estaba obligado a contar con una Matriz de Indicadores de Resultados (MIR), es decir, estaba exento de definir sus objetivos y, en consecuencia, de ser evaluado”.
Otro aspecto que señala la organización es la debilidad del legislativo en actuar como control y contrapeso en la fase del ejercicio del gasto, ya que la Auditoría Superior de la Federación no tiene facultades para intervenir durante el ejercicio del presupuesto porque está sujeta al principio de posterioridad, lo que le resta relevancia y oportunidad.
México Evalúa también resaltó que la falta de controles sobre las adecuaciones que sufre el presupuesto durante su ejecución desmotiva la buena planeación de los programas y proyectos que son presentados durante la aprobación del presupuesto. En la práctica, la mala planeación tiene costos explícitos que los ciudadanos asumen, ya que se traduce en proyectos o programas mal diseñados, que no necesariamente brindan los resultados deseados. Como consecuencia, termina por reducirse la rentabilidad de los recursos públicos. La organización puntualizó que el problema ha sido evidente en varios proyectos de inversión ejecutados en los últimos años.
Para corregir las deficiencias mencionadas, la organización propone que las estimaciones de los ingresos y gastos se apeguen a la realidad y que tomen en cuenta el presupuesto suplementario de manera explícita. La subestimación sistemática de los ingresos, así como su falta de transparencia deben corregirse, pues de lo contrario se sesga la información y se debilita la rendición de cuentas sobre el uso de los recursos públicos. Además México Evalúa subraya la necesidad de regular adecuadamente el presupuesto suplementario que se ejerce durante el año fiscal. Es recomendable establecer un límite explícito al gasto adicional que el Ejecutivo puede ejercer durante el año fiscal antes de solictar una nueva aprobación.
México Evalúa también propone adoptar buenas prácticas de otros países, como someter a una revisión externa la estimación de las variables fiscales y económicas que sustentan la construcción del presupuesto, así como hacer pública la metodología de dicha estimación y que exista una obligación periódica de actualizar las variables utilizadas en el transcurso del ejercicio.
“En México, todavía se suele concebir al presupuesto como una herramienta de los gobiernos, más que como una herramienta de los ciudadanos“, concluye México Evalúa. “En el contexto actual, en el que el gobierno recauda y gasta más, es imprescindible adoptar esta agenda de mejora del ciclo presupuestal, como un gesto de responsabilidad con los mexicanos que dejan en las arcas del gobierno el fruto de su esfuerzo cotidiano a cambio de la expectativa de un mayor bienestar”.
Puede consultar el documento “Descifrando la caja negra del gasto” en: http://bit.ly/