Próximamente se aprobará la reforma constitucional en materia de transparencia y rendición de cuentas que ha sido activamente impulsada por la sociedad civil desde 2007. La trascendencia de esta reforma es que, de aprobarse en los términos descritos en el dictamen del Senado, mejorará sustantivamente el régimen institucional de acceso a la información y transparencia en México.
El proceso legislativo iniciado en la Cámara de Senadores permitió el intercambio de ideas de expertos, la incorporación de temas planteados desde la trinchera ciudadana. Es decir, fue un proceso abierto e incluyente. Bajo estos estándares fue aprobada en el Senado en diciembre de 2012.
En su discurso como candidato a la Presidencia de la República, Enrique Peña Nieto izó la bandera de la transparencia y de la lucha contra la corrupción como vía legítima para ganar votos. Y los ganó. En el Pacto por México, estos temas encabezan un eje entero al que se generaron compromisos alentadores. No obstante, la reforma quedó olvidada en la Cámara de Diputados. En esta sede legislativa el proceso ha sido opaco, confuso y cerrado a la participación ciudadana.
Y me refiero específicamente a las preocupantes reservas a la reforma en materia de transparencia impuestas por los diputados del PRI a la minuta enviada por el Senado. Entre otras cosas, pretenden excluir a los partidos políticos como sujetos obligados directos (es decir, no hacerles exigible el cumplimiento de la ley de transparencia), retirar la facultad al IFAI para presentar acciones de inconstitucionalidad (éstas son un medio de defensa contra leyes o intentos de leyes que pretendan disminuir los estándares de transparencia en el país) y permitir que los sujetos obligados puedan impugnar las decisiones del IFAI.
Esto tiene graves implicaciones: los partidos políticos son entidades de interés público que manejan recursos del Estado y cuyas funciones son de interés nacional; por ello no pueden mantenerse al margen de esta reforma. Por otro lado, presentar acciones de inconstitucionalidad permite abatir regresiones legislativas en la materia. Y por último, es importante asegurar que los fallos del IFAI sean inatacables para los sujetos obligados; porque con ello se respeta el principio de inmediatez y especialidad del órgano garante (el propio IFAI).
México fue un referente regional en el tema de transparencia y acceso a la información. Sin embargo, en los últimos meses no han existido avances sustantivos para fortalecer esta tendencia. Al contrario, ahora enfrentamos serios embates (recordemos el caso SAT y la reciente decisión de la Suprema Corte sobre las declaraciones patrimoniales). Así que la manera más eficaz para hacer frente a estas disparidades es a través de una reforma integral, como la que se planteó inicialmente en el Senado.
Es por ello que los y las ciudadanas estamos sumamente inconformes con lo que está sucediendo actualmente en la Cámara de Diputados. Una reforma consensuada y lograda con diálogo en el Senado no puede ser disminuida por acuerdos cupulares de los diputados del Partido Revolucionario Institucional. Por esta razón es que la sociedad civil y la ciudadanía le enviamos esta carta al coordinador del PRI en la Cámara de Diputados, Manlio Fabio Beltrones, para que suscribiera la reforma tal y como fue lograda en el Senado.