A las empresas en México les urge implementar programas y controles anticorrupción no sólo para evitar incurrir en ese delito, sino porque podría convertirse en un medio de defensa para evitar sanciones en el futuro.

Luis Graham, socio de la firma Hogan Lovells, explicó que con la entrada en vigor del nuevo Sistema Nacional Anticorrupción está previsto que las empresas que tengan un programa para combatir la corrupción podrían recibir una sanción menor, en caso de incurrir en ese delito.

“El nuevo sistema (anticorrupción) prevé una disposición muy importante y que a las empresas les incumbe mucho; si tú tienes un programa o medidas anticorrupción puedes recibir una atenuante por parte de la autoridad si se llega a cometer ese delito”, dijo.

Graham explicó que establecer una política de combate a la corrupción en una empresa toma tiempo pero no es tan complicado y se suele empezar por identificar áreas de riesgo del negocio, como aquéllas que estén en contacto frecuente con recursos y servidores públicos.

No obstante, las políticas anticorrupción deben ser conocidas y empleadas por todas las personas de la organización, desde la que tiene el puesto más modesto hasta el presidente del consejo de administración.

Posteriormente, dijo, se deben establecer controles y protocolos en el manejo de recursos, por ejemplo, que no pueda haber salidas de dinero en efectivo de la empresa sin la autorización de ciertos niveles directivos.

Asimismo, es importante prohibir la contratación de asesores en procesos de licitaciones públicas, que suelen ser un foco de corrupción, y evitar disfrazar partidas de dinero para funcionarios en esos concursos.

Fuente: Reforma