Al ser un índice de percepción, se puede afirmar que el resultado que obtuvo México refleja la opinión de la sociedad que durante todo el año estuvo viviendo escándalos de corrupción millonarios a todos los niveles de gobierno. Basta mencionar el caso Odebrecht o los desvíos de recursos en los gobiernos de Chihuahua con César Duarte y Veracruz con Javier Duarte, así como el caso de Tomás Yarrington en Tamaulipas acusado de recibir sobornos del narco y que en meses pasados fue capturado en Italia. Estos ejemplos se suman a una larga lista de irregularidades y prácticas de opacidad que han contribuido a que la percepción sobre la corrupción en el país siga en ascenso.
El reto para las instancias que integran el Sistema Nacional Anticorrupción se vuelve aún mayor, pues además de impulsar las acciones necesarias para cambiar de fondo las prácticas para evitar que los actos de corrupción queden en la impunidad, deberán buscar estrategias para convencer a la sociedad de que las estrategias que se están diseñando serán realmente efectivas. Será un largo proceso para que se ponga en marcha e ir cambiando la percepción al respecto. Esta tarea llevará mucho tiempo. Los resultados del CPI 2017 son una nueva llamada de atención para no bajar la guardia en esta agenda que afecta no solo la vida cotidiana de los mexicanos, sino su imagen a nivel mundial.
Directora Ejecutiva
Red por la Rendición de Cuentas