El pasado 9 de abril el Tribunal Federal Electoral (Trife) falló a favor del recurso que se interpuso para que Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco” pudiera participar como candidato a la Presidencia de la República y aparezca en la boleta electoral. La polémica no se dejó esperar y, no es para menos, ya que la resolución será acatada por el Instituto Nacional Electoral (INE), pero se puso en duda el trabajo técnico que ha venido realizando esta institución para dar condiciones de certeza y equidad en la contienda.
Así, el proceso electoral inicia manchado y, como mencionó Ciro Murayama, la decisión del Trife no cambia la realidad en las irregularidades que se presentaron en el proceso que se llevó a cabo para validar la candidatura de Jaime Rodríguez Calderón. Este tipo de decisiones no contribuyen a fortalecer a las instituciones en México. De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE): “Tres de cada cuatro ciudadanos de América Latina tienen poca o ninguna confianza en sus gobiernos. Y alrededor de un 80% creen que la corrupción está extendida en las instituciones públicas. Estas cifras se han deteriorado desde niveles del 55% y 67% en 2010, respectivamente. La desconfianza ciudadana crece y está llevando a una desconexión entre sociedad e instituciones públicas, poniendo así en riesgo la cohesión social y debilitando el contrato social.” Consulte aquí el comunicado completo.
Si lo que se busca es generar estrategias para recuperar la confianza en la ciudadanía, el camino que debe construirse es otro muy distinto al que se vivió la semana pasada, demeritando el trabajo de la autoridad electoral. Esta premisa aplica para esta decisión y las que se tomen desde el Trife durante todo el proceso electoral. Los candidatos deberán estar a la altura para aceptar los resultados y las acciones del INE deben ser impecables para que no quepa ninguna duda de la certeza en el proceso electoral.
Liliana Veloz Márquez
Directora Ejecutiva
Red por la Rendición de Cuentas