La historia de David y Goliat significa la victoria del pequeño frente al grande. Y se dice que representa el anhelo universal de poder decidir nuestra suerte por nuestra propia mano sin encontrarnos sometidos a influencias externas. Sin embargo, Malcom Gladwell apunta que el débil no es en realidad la víctima sino aquel que precisamente por sus dificultades llega más lejos (La clave del éxito, 2007). Agregando, lo que hace parecer fuerte a Goliat es su mayor debilidad dado que la fortaleza es solo una apariencia Y  existen muchas historias semejantes a las de David y Goliat, en los que las fuerzas son más parejas de lo que parece, sólo que nos gusta confiar en el poder de los débiles, aunque no lo sean.

Y esta historia es la de Edna Jaime, Presidenta de México Evalúa y David Colmenares, titular de la Auditoría Superior de la Federación (ASF). Pero Edna no es Goliat ni David es el débil, aunque ambos, al parecer, tienen el mismo objetivo, luchar contra la corrupción. Luego sí están en la misma lucha, ¿Por qué sus declaraciones resultan opuestas?

Al expresar el Auditor Superior de la Federación en el primer párrafo del mensaje con motivo de la Entrega de Informes de Auditoría de la Fiscalización de la Cuenta Pública 2019, “no hay que perder de vista que el alcance y utilidad de la fiscalización depende en gran medida, del marco normativo que regula y condiciona su capacidad”. Lo cual ratificó en artículo “Es claro, más en tiempos como los que vivimos que la labor auditora de la ASF necesita de un marco normativo que se ajuste a la realidad social y económica del país” (Resultados de la Fiscalización, www.elfinanciero.com.mx, 30/10/2020).

Y Edna opone, “hay que decirlo, a la ASF se le dieron nuevos instrumentos para hacerla más potente en el marco de las reformas que acompañaron a la creación del Sistema Nacional Anticorrupción”. Además, “La ASF nos ha quedado a deber desde hace tiempo. Basta mirar el cúmulo de casos que han llegado a los escritorios de las procuradurías sin que nada pase después” (La ASF ante el espejo, RRC, 30/10/2020).

Entonces, ¿Es suficiente el actual marco normativo en las EFS?

En la óptica del Auditor Superior, no. Dado que se debe ajustar con los avances tecnológicos de la auditoría digital y las auditorías concurrentes o en tiempo real. Y además justifica la actuación de la ASF en razón que no se ha fortalecido el Sistema Nacional Anticorrupción, esto derivado del diálogo en la Facultad de Derecho de la UNAM entre los expertos de la comunidad universitaria y el titular de la ASF, “se dijo que la labor llevada a cabo por la Auditoría no ha tenido los alcances que podría tener, dada la falta de consolidación del SNA del cual forma parte” (La Fiscalización Superior en México, Raúl Contreras Bustamante, www.excelsior.com.mx, 17/10/2020). Sin embargo, no se aclaró ni determinó ¿Por qué no se ha consolidado el SNA?   

Más cuando David Colmenares en su mensaje por la Entrega de Informes de Auditoría correspondientes a la Fiscalización de la Cuenta Pública 2019, en el cuarto párrafo afirmó “Rendir cuentas no es únicamente una obligación legal de la ASF (…) sino también una condición necesaria para generar confianza ciudadana en la Fiscalización Superior”.

Pero no, no se genera confianza cuando el Auditor Superior no informa, cómo y en qué forma la falta de consolidación del SNA afectó el trabajo de la ASF. Tampoco cuando pretende justificar el retraso del Informe por la afectación de la operación normal derivado por la pandemia en los tres poderes de la Unión y en las Entidades Federativas, y por el contrario, aseveró que la ASF nunca dejó de laborar. Es decir, el retraso es atribuible a otros, no a la ASF.

Asimismo, Edna Jaime, apunta “por qué el NAIM una obra tan señalada y controvertida, se le aplicará una auditoría de desempeño y no una forense (…) De la misma manera se extrañan de que las obras emblemáticas de esta administración no están consideradas en el programa anual de auditorías” (siendo que en ellas se señala un uso excesivo de mecanismos extraordinarios de contratación, como la adjudicación directa). Quiero pensar que para todo esto hay una explicación. Sólo falta que nos la den” (La ASF ante el espejo).

Pero, ¿dónde quedaron las auditorías forenses?

Sí por primera vez en el Informe de la Cuenta Pública 2007 se utilizó el enfoque de la “Auditoría Forense”. Después en el Informe de la Cuenta Pública 2009 se informó que 7 auditorías habían sido forenses; mientras en el 2015, fueron 14 auditorías; y en el 2016, se realizaron 3 auditorías forenses. Y no obstante su supuesta importancia su crecimiento fue casi nulo, al grado de desaparecer con la llegada de David Colmenares. Aunque en la gestión de Juan Manuel Portal no hubo informes sobre la incidencia de tales auditorías en la aplicación de sanciones penales promovidas por acciones de la Auditoría Superior de la Federación. Y ante la pregunta de Edna Jaime del porqué no se aplicará auditoría forense al NAIM, habría que demandarle a David Colmenares acerca del motivo de su discontinuidad. Y también, cómo cumplirá con el Objeto de la Ley General del Sistema Nacional Anticorrupción en cuanto “las autoridades competentes prevengan, investiguen y sancionen las faltas administrativas y los hechos de corrupción” (artículo 1).

Dado que la auditoría de desempeño y otras que aplica la ASF no previenen, investigan, y mucho menos, sancionan los hechos de corrupción. Pero eso sí, justifica su trabajo por la falta de consolidación del SNA. Como también justificó su retraso por la entrega del Informe reciente debido a la “limitada capacidad de respuesta de las entidades y dependencias fiscalizadas para atender las solicitudes de información y requerimientos de la ASF” (Mensaje, Informe 2019). Y otra, revísese como la ASF se ha justificado por sus resultados por los incumplimientos de los Convenios de Coordinación y Colaboración para la fiscalización entre la ASF y las Entidades de Fiscalización Estatales, cuando dichos Convenios se  elaboran unilateralmente sin considerar las condiciones y desarrollo de cada EFS, así como la situación económica, política y social en cada Entidad Federativa.

Tal como la Secretaría de la Función Pública que se está dedicando a impartir cursos a Auditorías y Contralorías Estatales que “identifican los retos que deben enfrentarse para poder implementar el SNA de manera efectiva”. Cuando su máxima es “A los amigos, justicia y gracia; a los enemigos, la ley a secas”.

Tanto la ASF como la SFP han perdido el rumbo para dignificar el trabajo de la fiscalización. Y ambas se afanan en aparecer sólidas y fuertes, pero sus auditorías se diluyen en la irrelevancia, lo cual evidencia su debilidad. En este sentido representan a Goliat. Más lamentablemente los Entes de Fiscalización Estatal no se convierten en David, y lo enfrentan, al contrario, se someten a sus directrices no obstante que les afecta. Derivado por la cultura prevaleciente en el pensamiento de la fiscalización que ha convertido al auditor en un observador distante de los hechos, incluso, de los que ocurren en su mundo.

Por ello los auditores callaron ante la aprobación del entramado legal anticorrupción y siguen callados esperando que se convierta en letra muerta. Mientras continúa sin reconocerse el problema del diseño en el SNA y la complejidad de la fiscalización en la lucha contra la corrupción. Un ejemplo, se ha informado de la creación del Instituto de Investigación en Rendición de Cuentas y Combate a la Corrupción. Tal si la Fiscalización no sea motivo de investigación ni constituya elemento fundamental para la rendición de cuentas y combate contra la corrupción.

En el fondo el SNA nació cojo debido a la ausencia de análisis y reflexión acerca de la auditoría y fiscalización en esta pretendida lucha. Por esto, “El tiempo pasa y es día que no llegan propuestas de acciones claras y concretas. Es urgente pasar a la implementación y con el marco legal que ya se tiene” (Para cuándo acciones concretas para Fiscalías Anticorrupción, Liliana Veloz, RRC, 17/06/2019, negritas del autor). Y ciertamente, el tiempo pasa pero no es por la deficiencia en su implementación sino fundamentalmente por su diseño.

Y ahora de frente al 9o. Seminario Internacional cuyo objetivo es, reflexionar en torno a los retos para combatir la corrupción y fortalecer los contrapesos institucionales. Sería conveniente que el Instituto antes referido se denominara: Instituto de Investigación en Fiscalización, Rendición de Cuentas y Combate a la Corrupción. Y en caso que se ignore también este Instituto estará cojo.

Sin embargo, Edna y las organizaciones sociales han demostrado su capacidad en construir nuevos caminos y ejercer el derecho cívico de auscultar al poder, y en este caso, al poder de la fiscalización. Y más allá de “abrir” las puertas de la fiscalización, está la necesidad imperiosa de que la ciudadanía, organizaciones y EFS pongan en el centro del debate a la auditoría y fiscalización, a efecto de convertir este conocimiento en la “honda” que puede erradicar el sometimiento, simulación, y soberbia de parte de Goliat.

Por: Mario Alberto Gómez Maldonado