Anoche se llevó a cabo el segundo debate de los candidatos a la Presidencia de la República. El Instituto Nacional Electoral (INE) trató de innovar con un formato más flexible, que permitió una mayor interacción entre los aspirantes e incorporó la participación de algunos ciudadanos para poder hacer preguntas directas a los candidatos. Los temas que previstos para este segundo encuentro fueron los derechos de los migrantes, el comercio, la inversión y la seguridad fronteriza.
En medio de un clima por demás delicado con la relación entre México y Estados Unidos, la mayoría de las preguntas se centraron en las posturas que los candidatos tenían sobre los comentarios que reiteradamente hace el Presidente de Estados Unidos Donald Trump contra el pueblo mexicano, la condición de los migrantes y la crisis humanitaria que se vive con todos los migrantes que desde la frontera sur buscan llegar al país vecino. La protección a todos los connacionales que ya están en territorio extranjero estuvo presente en todas las propuestas de los aspirantes a la presidencia.
A lo largo del debate se fueron perdiendo propuestas e iniciativas claras y se elevaron las descalificaciones. Faltaron muchos “cómos” en las iniciativas de los candidatos, a pesar de que los moderadores insistían en esto una y otra y vez. Lo que sí quedó muy claro y es la necesidad de presentar a México como un país fuerte, decidido a defender a sus ciudadanos y no permitir malos tratos de ningún gobierno extranjero.
Al final, en este segundo debate se perdió la oportunidad de poder ir más allá de la relación entre México y Estados Unidos y transitar a propuestas sobre cómo México puede proyectarse hacia el mundo y, en alguna medida, diversificar a sus socios comerciales. Hizo falta hablar de temas globales que afectan también a todos los mexicanos y que requieren consenso internacional, tales como: el tráfico de drogas, el cambio climático e incluso profundizar en el esquema de fortalecimiento para la seguridad alimentaria en México. Las campañas siguen centradas en las descalificaciones y así, difícilmente se podrá profundizar en la construcción de propuestas trascendentales para el país.
Liliana Veloz Márquez
Directora Ejecutiva
Red por la Rendición de Cuentas