La corrupción es un fenómeno social que impacta en la vida de todos los ciudadanos, ya sea como víctimas o por el costo económico que asumimos al desviarse los recursos que deberían destinarse a atender los servicios esenciales de urgente atención, tales como la salud, la pobreza, desigualdad y la educación, entre otros.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Calidad Regulatoria e Impacto Gubernamental en Empresas (ENCRIGE, 2020) del INEGI, se estima que los costos que pagaron las empresas a nivel nacional durante 2020, derivados de incurrir en actos de corrupción, fueron de 887 millones de pesos; aunque ha disminuido en comparación con el año 2016, esto es un síntoma de la persistencia de una situación que prevalece en los organismos públicos.

El nivel de preocupación que representa este hecho es evidente, ya que está considerado como el segundo problema más importante en las entidades federativas, superado solamente por la inseguridad y la delincuencia.

A nivel mundial estamos en la posición 124 de 180 países que participan en Transparencia Internacional con el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC), con 31 puntos, donde 100 sería la puntuación máxima en que la corrupción es inexistente.

Fuente: http://www.gaceta.udg.mx/la-impunidad-en-actos-de-corrupcion/