“El primer responsable en emprender una batalla verdadera en contra de la corrupción en México se llama Enrique Peña Nieto, pues el primer responsable en este combate debe ser el presidente de la República”, aseveró Eduardo Huchim, exconsejero del Instituto Electoral del Distrito Federal, donde presidió la Comisión de Fiscalización.

Para el académico, en entrevista con Excélsior, también existe una gran responsabilidad por parte de la ciudadanía para erradicar las acciones corruptas en nuestro país, pues es deber del ciudadano de a pie exigir que se cumpla la ley para evitar que ésta sea letra muerta y se apliquen las sanciones correspondientes contra este ilícito.

—¿Es la corrupción un problema cultural de nuestro país o cuáles son las principales causas para que este problema prevalezca?

—La causa fundamental del auge de la corrupción, del auge que la corrupción está teniendo en este sexenio, es la impunidad. Ya sabemos que hay corrupción en todos los países, pero el problema de México es que aquí, a la corrupción no se le da una consecuencia de sanción, de castigo y por tanto prevalece la impunidad.

“Ante esto quienes se ven involucrados en una situación de corruptela, como saben que no van a tener un castigo, pues entonces ahí tienen un incentivo para continuar. Para mí, ese es el gran problema de la corrupción en México, es decir, su secuela, que es la impunidad.”

—¿Quiénes participan en la cadena de corrupción?

—Con motivo de esta impunidad, vemos que hay gobernadores, diputados, legisladores locales, funcionarios de la administración pública que incurren en estas prácticas y son denunciados, sobre todo por los medios de comunicación, y la consecuencia es que no pasa nada, vemos numerosas violaciones a la ley e incluso a la propia Constitución.

—¿Como cuánto dinero se pierde por este cáncer que es la corrupción?

—Hay diferentes cálculos, realizados por el sector privado, que se han dimensionado sobre las pérdidas económicas por la corrupción y que hablan de porcentajes importantes en el sector público, son cifras sumamente relevantes.

“También hay que decir que para que la corrupción exista, generalmente  se requiere la participación del sector privado, no quiero decir con esto que el sector privado sea corrupto, pero hay empresarios que también son cómplices de la corrupción porque hay ciertas modalidades de la corrupción que no pueden realizarse ni materializarse sin la participación del sector privado. Estamos en una situación realmente difícil.”

—Entonces, ¿no es sólo una percepción de los mexicanos el que no haya castigo para los corruptos, sino que se trata de un hecho?

—Es una realidad, los funcionarios que llegan a la cárcel por haber cometido actos de corrupción son contadísimos. (La falta de castigo) es uno de los grandes frenos al desarrollo económico, democrático y de esta forma el crecimiento en todos los sentidos de la nación, está azolvado por la corrupción, y más que por la corrupción, por la impunidad.

—¿Cuál es la responsabilidad del ciudadano en el combate a la corrupción?

—La primera responsabilidad del ciudadano es no ser parte de ella, y ese también es otro problema, por eso el Presidente habla del concepto cultural, porque el ciudadano también suele ser muy consentido por los partidos políticos, por los candidatos y por el gobierno, como si fuera la sociedad civil una entidad pura, pero no lo es, hay individuos que también incurren en actos de corrupción.

“Por supuesto, la corrupción en la que puede incurrir el ciudadano de a pie, es nada frente a la que cometen los funcionarios o algunos grandes empresarios.”

“(…) El problema no es la falta de leyes o de órganos, lo que falta es la voluntad política para verdaderamente emprender una batalla contra la corrupción, pero una batalla en serio, sin distingos de compadrazgos, ni de militancia partidaria, ni de posición económica, nada de esto, se requiere de una batalla contra la corrupción donde quiera que aparezca. Esto es lo que no existe y por eso la impunidad va viento en popa.

“Para mí, el primer responsable en emprender realmente una batalla contra la corrupción es el titular del Poder Ejecutivo Federal.”

—¿Podríamos decir que sí existe cura a este cáncer?

—El gran problema es que a este cáncer llamado corrupción, nadie lo combate por lo que la ley se convierte en letra muerta y los funcionarios públicos que tienen la obligación de emprender esta lucha directa contra la corrupción pues son omisos, sordos, ciegos y otras cosas.

“Por supuesto que el ciudadano tiene el deber de exigir que se cumpla la ley y que se apliquen las sanciones contra actos de corrupción.”

Fuente: Excélsior