La exigencia de transparencia y rendición de cuentas ha sido una constante que, desde hace meses, ha hecho que diversas organizaciones de la sociedad civil y empresariales, así como instituciones académicas levanten la voz ante la falta de publicidad en los criterios que llevan los poderes Ejecutivo y Legislativo a seleccionar a las personas que ocuparán puestos clave en la administración pública. La necesidad de contar con cuadros de buena reputación, que puedan dar resultados eficaces en su labor y que no obedezcan a intereses políticos es urgente para garantizar que las instancias encargadas de poner en marcha el Sistema Nacional Anticorrupción (SNA), puedan actuar con autonomía suficiente para contribuir a una verdadera transformación para las instituciones públicas mexicanas.
Al sumar los intereses políticos o las cuotas como variables en la toma de decisiones se descartan cuadros valiosos y además se pierde la esencia de contar con nombramientos que obedezcan, no solo a criterios técnicos y de experiencia para los puestos que se van a ocupar, sino también que minimicen cualquier vínculo con grupo políticos que puedan beneficiarse de ese nombramiento. En otros casos, los procesos se han detenido por no contar con el consenso entre los grupos políticos. Tal es el caso del Fiscal Anticorrupción y de los Magistrados de la Sala del Tribunal Federal de Justicia Administrativa que atenderá los casos de corrupción, por mencionar alguno. En otros casos, los nombramientos se han dado, a pesar de las recomendaciones y lejos de legitimar las decisiones, la falta de claridad en los criterios y la poca voluntad para transparentar los procesos, puede vulnerar a las instituciones.
La semana pasada se nombró al nuevo Auditor Superior de la Federación (ASF), David Colmenares Páramo. A pesar de que el proceso se hizo con base a lo establecido en la normativa, estuvo lejos de dar a la ciudadanía y a la propia institución toda la legitimidad y certeza de un proceso impecable y que obedeció a las mejores prácticas. Sin duda, un esquema con estas condiciones hubiera garantizado que la opinión pública aplaudiera todo el proceso y fortalecería la imagen de nuestro nuevo Auditor, que tiene toda la trayectoria y experiencia para dar solidez a la ASF. Sin embargo, el debate se centró en todo lo que faltó por hacer de este nombramiento clave para el SNA, un ejemplo a seguir para los puestos que todavía faltan para integrar este nuevo sistema.
Liliana Veloz Márquez
Directora Ejecutiva
Red por la Rendición de Cuentas