Por: Gabriela Edith Morales Martínez[1]
Retos y prospectivas de la democracia en México 2018-2024.
Más allá de la clásica división de poderes de Montesquieu. La importancia de los organismos constitucionales autónomos.
La sociedad se expresó en las urnas de manera contundente, oponiéndose al status quo. El primero de julio de 2018, las y los ciudadanos mexicanos elegimos más de 3,400 cargos a nivel local y federal, quedando en la mayoría de éstos, representantes del partido Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), aun cuando, el doce de diciembre de 2017 el Partido del Trabajo (PT), MORENA y el Partido Encuentro Social (PES) firmaron un Convenio Integrado de Colaboración con la finalidad de postular al Candidato de Presidente de los Estados Unidos Mexicanos para el periodo constitucional 2018-2024; así como, para postular fórmulas de candidatos a diputados por el principio de mayoría relativa en doscientos noventa y dos, de los trescientos distritos electorales uninominales en que se divide el país y para postular sesenta y dos, de sesenta y cuatro fórmulas de candidatos a Senadores por el principio de mayoría relativa, cargos de elección popular a elegirse en la jornada electoral federal ordinaria. En este convenio se denominó el nombre de la coalición “Juntos haremos historia” [2]. Llama la atención que los votos correspondientes a la Coalición Juntos Haremos Historia, son un porcentaje considerablemente pequeño en relación a la votación de MORENA.
De conformidad con la cláusula tercera, los partidos que suscribieron el convenio acordaron que la candidatura de la coalición a la Presidencia de los Estados Unidos Mexicano sería determinada por MORENA, conforme al procedimiento interno de selección de este partido. El 18 de febrero de 2018 se aprobó el registro de manera unánime de Andrés Manuel López Obrador como candidato a la Presidencia de la República.
Las propuestas de campaña de la coalición “Juntos haremos historia” del ahora presidente de México, fueron elaboradas asegurando su flexibilidad para la definición de forma colaborativa mediante mecanismos de consulta a expertos y la sociedad en general. En los debates presidenciales y en el “Proyecto Alternativo de Nación 2018-2014” establecido en la Plataforma Electoral y Programa de Gobierno se conoció poco de éstas, ya que, si bien recuperaron las declaraciones de principios, éstas profundizaron en mayor medida en el diagnóstico que, en las propuestas generales o específicas. Las propuestas del ganador fueron poco específicas, pero con gran contenido de principios e imperativos categóricos, en términos de Emmanuel Kant (1783), o con alto contenido de retórica, si se quisiera considerar así.
Existieron 4 ejes en la campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador.
- Atender la corrupción para, a partir de ahí generar recursos y crecimiento.
- Seguridad para transitar “de la guerra a la paz.”
- “Crecimiento en el país que supere el 3 por ciento”.
- Sustentabilidad del medio ambiente.
Si bien se advierte la consolidación de la democracia electoral, ya que contamos con un sistema que soportó una de las más grandes elecciones competitivas en la historia del país; no obstante, se reitera la importancia de la democracia deliberativa que será la que asegure el mejor desempeño de las y los ganadores de la elección, así como la gobernanza en México. Lo anterior, especialmente porque el cambio de gobierno representa en su sustento, la intensión de una modificación en el modelo económico y político de México prevaleciente desde 1992, que tendrá injerencia en las condiciones socio-económicas de la población desde una visión liberal a una visión de la nueva socialdemocracia. En este artículo se propone la importancia de considerar al menos, dos aspectos generales:
El primero, si tomamos en cuenta a la democracia deliberativa, definida en términos sumarios por Rousiley (2007), como aquella en la que el énfasis es en la manera en la que se forma opinión dentro de la esfera pública y, cómo esa opinión puede influir en la formación de la voluntad política que se produce dentro de los ámbitos formales de toma de decisiones del sistema político de los diferentes ámbitos y niveles de gobierno, podríamos decir entonces, que cualquier transformación posible de México, no puede ignorar los avances con los que contamos para orientar el equilibrio del poder hacia el interés público, lo cual ha sido posible históricamente a través de diversos pesos y contrapesos.
El segundo, a partir del equilibrio clásico de poderes planteado por Montesquieu (1748), quien fuera el principal precursor en señalar la importancia de la separación de los mismos en la república federal, la cual reconocía como una forma de gobierno en la que el pueblo tiene la soberanía y que consta en la convención mediante la cual, diversas entidades se prestan a formar parte de un Estado más grande y los poderes que reconocía eran: el de dictar las leyes (Legislativo), el de ejecutar las resoluciones públicas (Ejecutivo) y, el de juzgar los delitos o los pleitos entre particulares (Judicial), en este momento, se considera importante asegurar, además de la división de poderes clásica entre los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial y sus derivados equilibrios, los contrapesos a los que contribuyen los organismos constitucionales autónomos garantes de derechos humanos, acceso a la información y protección de datos personales y, de fiscalización, entre otros, en todos los niveles de gobierno.
Los resultados de la jornada electoral del primero de julio hacen urgente contar con sistemas complejos de participación y colaboración entre actores diversos que tuvo la capacidad de aglutinar la coalición de partidos políticos ganadores de la elección y que contó con la confianza de los votantes, así como, por supuesto de la sociedad en general y la sociedad civil organizada de diversos sectores. Con base en este compromiso, es momento, mucho más que nunca, para que la ciudadanía se involucre de manera profunda en los asuntos públicos y colabore con las autoridades, para lo que es necesario contar con información de los asuntos públicos, como insumo del diálogo entre los diversos actores e instituciones sólidas en todos los niveles de gobierno.
Referencias Bibliográficas
Kant, Immanuel, (2002). Fundamentación de la metafísica de las costumbres. Madrid. Alianza Editorial (Original de 1785).
Montesquieu (1977), El espíritu de las Leyes, Editorial Porrúa, Ciudad de México (Original de 1748).
Rousiley C. M. Maia, “Deliberative Democracy and Public Sphere Tipology”. Disponible en: http://ec.ubi.pt/ec/01/pdfs/maia-rousiley-deliberative-democracy.pdf
Instituto Nacional Electoral. “Elecciones Federales 2018”. Disponible en: https://p2018.ine.mx/#/presidencia/entidad/1/1/2/1
[1] Gabriela Morales Martínez es especialista en líneas de investigación aplicada en democracia y derechos humanos. Por casi 15 años se ha enfocado en el desarrollo del derecho de acceso a la información en México, tomando como referencia los principios y estándares internacionales en la materia, mismos que ha impulsado de forma colaborativa con actores gubernamentales y no gubernamentales de diversas índoles. Funcionaria pública en el INAI y Profesora de asignatura en la UNAM. Candidata a ocupar el cargo de Comisionada en el Instituto de Transparencia, Acceso a la Información, Protección de Datos Personales y Rendición de Cuentas de la Ciudad de México.
[2] Disponible en: https://repositoriodocumental.ine.mx/xmlui/bitstream/handle/123456789/94367/CG2ex201712-22-rp-5-2-a1.pdf