Una de las líneas que definieron el discurso de campaña del Presidente Electo, Andrés Manuel López Obrador, fue el combate frontal a la corrupción para lograr la cuarta transformación del país y eliminar así las prácticas que tanto daño han hecho a la sociedad mexicana. Mejor argumento no podría existir para consolidar el andamiaje que debe dar vida al Sistema Nacional Anticorrupción (SNA) y, que hace más de un año, entró en vigor. La visión es la misma: lograr coordinar todo el trabajo que se ha venido haciendo, en todos los niveles de gobierno, para así transformar a las instituciones, identificar los riesgos y lograr que los esfuerzos de todas las instancias que ya existen, puedan coordinarse en una estrategia que logre erradicar la corrupción en México.

Hasta el momento, no hay una postura clara del equipo de transición sobre la manera en que su concepción sobre la corrupción se integrará con este nuevo sistema y que se complementa también con el Sistema Nacional de Transparencia, de Fiscalización y Archivos. Las acciones para erradicar la corrupción y lograr la austeridad en el gobierno, que se presentó hace algunas semanas el Presidente Electo, todavía no definen la manera en que se garantizará que todo el andamiaje institucional, que ya existe, se fortalezca para que efectivamente pueda contribuir a la lucha anticorrupción.

El periodo de transición es fundamental para tender puentes entre el Comité Coordinador del SNA y el equipo del nuevo gobierno. La agenda anticorrupción es parte central para la transformación de México. Un esquema efectivo para la profesionalización del sector público, el mapeo de riesgos en todas las instituciones y niveles de gobiernos, así como un fincamiento efectivo de responsabilidades, es lo que ayudará a reivindicar el servicio público y permitirá que los ciudadanos vuelvan a creer en su gobierno. Para ello, hay que ayudar a que las instituciones se transformen y consolidar las demandadas ciudadanas que han dado vida al SNA.

Liliana Veloz Márquez
Directora Ejecutiva
Red por la Rendición de Cuentas