A casi un mes de que los nuevos Ayuntamientos asumieron su responsabilidad pública y política, como órgano de gobierno municipal, considero que muy pronto tendremos la oportunidad de conocer sus pronunciamientos y anuncios respecto a la forma cómo enfrentarán las dificultades que plantea la difícil tarea de gobernar. No es un tema sencillo, espero que tengan suficiente claridad.

En este sentido, conoceremos sus planteamientos para afrontar el tamaño y complejidad de los problemas; y sus ideas, propuestas, iniciativas y programas. Nos comunicarán sus promesas y compromisos, y las estrategias para afrontarlos; escucharemos las quejas de las administraciones anteriores; y sus pronunciamientos respecto a la escasez de recursos presupuestales que impide suministrar con oportunidad, cobertura y calidad los servicios públicos, y cumplir sus funciones y atribuciones.

Todo lo anterior es sólo una relación más o menos completa de herramientas y acciones burocráticas diseñadas en solitario, que no consideran los elementos que le dan sentido y visión a la política y a la tarea de gobernar, los comos, cuándo, dónde, el por qué se van a realizar, los problemas que se resolverán, la participación de las comunidades beneficiadas.

Por eso será muy importante que nos digan ¿cómo piensan gobernar?, es importante saber si ya se percataron que la única forma de resolver la compleja y variada problemática pública es con el apoyo y solidaridad de la sociedad, y si ya saben que la participación ciudadana horizontal y asociativista es actualmente una condición indispensable de la forma de gobernar.

Admitir esto implica que deben considerar sustituir las formas verticales de gobernar, por un modelo cooperativo, donde el Ayuntamiento convoque la participación de universidades, iglesias, clubes de servicio, OSC, sindicatos, empresa privada, productores, comerciantes y de todos aquellos que tenga claro que en estos momentos se requiere un equilibrio político que edifique un Nuevo Modelo de Democracia Participativa, una Nueva Relación Sociedad-Gobierno, una Nueva Gobernanza y una Renovada Cultura Cívica.

Marchar en este sentido requiere establecer espacios institucionalizados para la comunicación política, el diálogo, la consulta y el ejercicio de la corresponsabilidad ciudadana en el diseño, implementación, evaluación y seguimiento de las políticas públicas para una gestión municipal, cada vez más democrática, eficiente y eficaz.

Es necesario instaurar una política pública donde la participación social y comunitaria sea la vía más expedita para responder a las necesidades de los ciudadanos, mediante la formación de estructuras institucionales, comunitarias y vecinales, que participen en la toma de decisiones del quehacer público con iniciativas y propuestas para un amplio proceso de desarrollo integral, con miras a promover y alcanzar niveles de vida dignos, acordes con las necesidades de sus habitantes.

Asimismo, deberán impulsarse prácticas de Gobierno y Cabildo Abierto, que materialicen el significado estratégico de la nueva pluralidad del Ayuntamiento y perfilen su funcionalidad para hacer de la transparencia, el acceso a la información pública, la rendición de cuentas, el combate a la corrupción, la planeación democrática, la evaluación y la Alianza para el Gobierno Abierto, efectos de una administración guiada por un gobierno democrático, como lo requiere cualquier transformación social seria.

La nueva realidad requiere un modelo de Nueva Gobernanza que sume esfuerzos y privilegie la participación ciudadana; construya entendimientos que fortalezcan la Gobernabilidad en asuntos relacionados con la prestación de servicios públicos como la seguridad pública, disposición residuos sólidos, transporte, desarrollo urbano, prestación de servicios de agua potable, drenaje, luz eléctrica y muchos otros; y aborde como imperativo, los temas vinculados al crecimiento económico y al desarrollo humano del municipio.

En las propuestas que formulo, las soluciones de fondo surgen desde el Consejo Económico y Social Municipal, para contar con la visión amplia de un planteamiento integral, que sustentado en un diagnóstico compartido y consensuado, aborda la problemática de manera objetiva; determina las bases y lineamientos de acuerdos inter-institucionales e inter-municipales; las formas para fortalecer las relaciones armónicas sociedad-gobierno; y las previsiones para lograr que la erosión causada por las asimetrías sociales, no se presenten, y de hacerlo, encuentren en la fuerza sociedad-gobierno, nuevas prácticas donde el consenso ciudadano fortalezca la acción política.

Es imperativo impulsar una reforma administrativa planteada y desarrollada desde la realidad específica de cada municipio y sujeta a las disposiciones de Reglamentos sustentados en un marco constitucional y legal pertinente, que se enfoque a: 1) Establecer la división territorial del municipio, (artículos 60 y 56 de la LOM); y 2) A promover un proceso de descentralización de funciones, que racionalice y ordene la actuación y operatividad de la estructura de Delegados Municipales, de Consejos de Colaboración Ciudadana y de otras formas de participación social.

El Ayuntamiento debe construir Reglamentos Municipales; incorporar al Bando de Gobierno, la división territorial municipal, que establezca y delimite cinco grandes regiones: Centro, Norte, Sur, Oriente y Poniente; indicar las comunidades que comprenda cada región; y desarrollar un Reglamento específico. Esta medida evitará que haya un gran número de Delegados Municipales reclamando el pago de una retribución.

Esta descentralización de funciones, se inscribe como una medida impostergable para modernizar el ejercicio de un gobierno que quiere estar más cercano a la ciudadanía; tener mayor legitimidad en sus decisiones; ser más transparente en sus acciones; acreditar disposición y actitud de informar y rendir cuentas; y ejercer un eficiente control, seguimiento y evaluación de la gestión municipal en el ámbito territorial de pueblos, barrios y comunidades.

Finalmente debo insistir en que la vitalidad del municipio está en su capacidad de preservar su fortaleza jurídica y su presencia social solidaria, para fortalecer una gestión pública que garantice el Derecho Humano al Buen Gobierno.

¿Qué hacer para que autonomía política municipal sea el eje central del quehacer gubernamental, donde la ciudadanía consolide su participación en los grandes hitos del cambio político de la Nación?

La respuesta a estos intrincados cuestionamientos impone, entre otras acciones, reformar el Título Tercero de la Ley Orgánica Municipal del estado de Hidalgo (LOM); perfilar el diseño y operación de una Política Pública para articular un Sistema Municipal de Cultura Cívica y Participación Ciudadana (SMCCyPC); cambiar los paradigmas cultural y jurídico para cocrear la tarea gubernamental y reorientar desde la inteligencia social, las virtudes y principios valóricos del asociativismo, en consonancia con la inteligencia institucional. (La Democracia Participativa, Fortaleza del Municipio. https://wp.me/p1JSMG-xk)

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  • La indolencia e irresponsabilidad de las acciones para combatir el COVID-19 resultaron un fracaso que ya rebasó la capacidad de los hospitales. Para distraer la atención de este problema, lanzan un ataque contra los organismos autónomos en particular contra el INAI.

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