Hace casi quince años del nacimiento del Canal del Congreso, a partir de la reforma a la Ley Orgánica del Congreso de 1999. Su surgimiento abrió una ventana a la transparencia legislativa, permitiendo conocer todo lo que hasta entonces operaba en una gran caja negra sin posibilidad de que la mayoría de la ciudadanía tuviese idea de cómo funcionaba. Hoy el papel del Congreso toma cada vez más importancia, por lo que conocer el desempeño de los legisladores es primordial.

Sin embargo, y a pesar de los grandes esfuerzos de los directivos del Canal, existe una limitación importante que esas discusiones permeen a más estratos de la población. La razón es muy sencilla: hasta el momento el Canal del Congreso no cuenta con una señal nacional abierta, por lo que para su visualización se requiere tener contratado algún tipo de televisión por cable. ¿Y que hay de los millones de mexicanos que no cuentan con la posibilidad de contratar un servicio de televisión por paga, y que tienen un interés por saber que sucede en la vida política de ese país? Pues simplemente no tienen acceso a las deliberaciones y el conocimiento del trabajo de sus representantes. Al igual que Internet, la televisión de paga tiene una penetración en el mercado de aproximadamente 30%. En contraste, la Encuesta sobre Disponibilidad y Uso de las Tecnologías de la Información en los Hogares 2010 (elaborada por el INEGI), señala que el 94.7% de los hogares del país cuentan con televisión, es decir, 26 millones 834 mil hogares. Ello convierte a la TV en un medio ideal casi perfecto para que los ciudadanos interesados puedan conocer cómo funciona su Legislativo.

Recientemente la directora del Canal, Leticia Salas Torres, expresó en una entrevista concedida a Notimex que cuentan con buena parte de los transmisores y las instalaciones físicas para que incluso en el primer semestre de este año el Canal del Congreso pueda emitir su señal por televisión abierta por el canal digital 45 en el Distrito Federal, misma que podría ser repetida por 16 ciudades más. Sin embargo, los ciudadanos debemos pujar por una mayor apertura que alcance a un grueso mucho mayor de la población, y es que sólo con la televisión al alcance de todos el Canal del Congreso podrá finalmente consolidarse como un vínculo entre el Poder Legislativo y los ciudadanos.

Y es justo ahora cuando se discuten las nuevas reformas a la Ley de Telecomunicaciones, y otras reformas constitucionales en la materia,  que se presenta un oportunidad única para dotar a este ente público de los al menos dos canales nacionales que requiere para dar cobertura permanente a las dos cámaras legislativas del Congreso de la Unión: el Senado de la República y la Cámara de Diputados. Lo cual no debería provocar mayor problema pues las nuevas tecnologías permiten cuadruplicar la cantidad de frecuencias televisivas al iniciar el apagón analógico. Naciones como Alemania, Gran Bretaña o Estados Unidos cuentan con canales para atender a cada ente del Poder Legislativo, abriendo la posibilidad a que ningún señalamiento en el Pleno sea omitido de la cobertura legislativa. En  el último caso mencionado se cuenta con tres canales nacionales y hasta una estación de radio.

Así como es importante abrir nuevos espacios para la competencia en televisión, es fundamental contar con más espacios para afianzar la democracia, la representación, el vínculo ciudadano y la transparencia legislativa, por lo que respetuosamente Impacto Legislativo se manifiesta a favor de que le sean otorgados dos canales de alcance nacional al Canal del Congreso, como reconocimiento a la invaluable labor que ha realizado durante estos 15 años, y para garantizar un mayor esquema de inclusión con la ciudadanía hasta ahora apartada del espectro por el que se transmiten las sesiones y múltiples programas de análisis, educación y reflexión sobre el acontecer de nuestro país.

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