En la conferencia de prensa, conocida como mañanera, del 7 de diciembre pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador evidenció saber muy poco, para no decir nada, de lo que despectivamente llama “el instituto de la transparencia”.
Más o menos al minuto 56 y medio del video respectivo, una periodista le comenta que a propósito de que ha nombrado a varias mujeres para cargos importantes en el gobierno y otras instancias públicas, qué opinaba que una mujer llegara al cargo (la presidencia) del inai.
La reportera, desde luego, se refería al hecho de que la Comisionada Blanca Lilia Ibarra Cadena, se había inscrito, igual que el Comisionado Oscar Guerra Ford, para ser la nueva presidenta de ese importante organismo autónomo.
Aunque no tan importante para el titular del Ejecutivo, lamentablemente. Tan no importante lo considera que nula atención dio al proceso de designación de los dos nuevos comisionados nombrados por el Senado en noviembre pasado. Si pasara de la simple crítica a la toma de acciones afirmativas para cambiar las cosas ahí, pudo haber impugnado los mismos, que se repartieron entre Ricardo Monreal, más que morena, y el Prian.
Pero regresemos a aquella mañanera. Respondió el presidente que, “no sabemos para cuándo hay el vencimiento… y algunos corresponden hacer la propuesta al ejecutivo y otros los propone directamente el Senado. No sé cuál sea el caso, pero sí vamos a que se cuide mucho el que sean personas honestas, hombres o mujeres…” Evidentemente no pasaba en esos momentos por su mente la mínima idea del caso que se estaba tratando.
Me considero lopezobradorista crítico, o sea libre, y no lo he ocultado, ni ocultaré nunca. De hecho coincido con sus cuestionamientos de fondo a lo que pasa en el inai.
Precisamente por ello considero lamentable la ignorancia, sobre el tema, del presidente. Cosa que queda clara, cuando la misma reportera le informa que dicho nombramiento estaba programado para el 10 de diciembre y literalmente responde: “Pero no sé si corresponda a nosotros (nombrar). Si es propuesta nuestra, sí vamos a procurar que sea una gente honrada, sobre todo en estos organismos donde se han dedicado a hacerse de la vista gorda … “
Destaco el asunto porque pienso, que tanto de López Obrador, como de quien afortunadamente ha dejado ya de presidir al inai, se ha dado una confrontación inútil para el ejercicio de los derechos de Acceso a la Información Pública (DAIP) y a la Protección de los Datos Personales.
Lo que se necesita ahora, para beneficio de todos los mexicanos, es que en el inai la socialización del DAIP y la PDP, es decir que estos derechos fundamentales formen parte de la vida cotidiana de las personas y su ejercicio permita tomar decisiones y resolver problemas individuales y colectivos, se convierta en el siguiente estadio de la transparencia en México.
Soy optimista al respecto porque veo que ello, que he venido proponiendo y trabajando desde hace ya un buen tiempo, fue colocado como un segundo eje de trabajo del plan de la nueva presidenta del inai, mi admirada y respetada Blanca Lilia Ibarra Cadena.
Es esto un viraje profundo respecto a lo hecho hasta ahora tanto en el inai como en el conjunto del Sistema Nacional de Transparencia (SNT). Sí, pienso que muchos de los recursos humanos, financieros y materiales que hasta ahora se han destinado para una suerte de burocracia dorada, tendrían que reorientarse para hacer más trabajo a ras de tierra.
Lo sé porque como promotor del llamado Plan DAI, durante 2018 y 2019, he confirmado que efectivamente la gente no ejerce estos derechos humanos fundamentales porque básicamente no sabe para qué sirven. Y los pocos que lo usan, se les dificulta el procedimiento engorroso, se decepcionan y no presentan recursos de revisión ante la falta de respuestas.
Necesitamos más gente en la calle, voluntarios como uno, miembros de las organizaciones o funcionarios públicos, tanto de los órganos garantes como de los sujetos obligados, socializando el DAIP y la PDP.
Porque conozco a Blanca Lilia y a la mayoría de los Comisionados del inai, pienso que es posible que se abran a la crítica, ejerzan la autocrítica y piensen en el rediseño de esta instancia y del SNT.
Mientras nosotros seguiremos haciendo lo propio desde aquí abajo.
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