La reciente reducción del costo de las copias simples (de 2 a 1 peso) para dar respuesta a solicitudes de información en el Distrito Federal resultó ser una noticia no tan buena.
Los procedimientos para el acceso a la información pública deben ser gratuitos, lo garantizan la Constitución y la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública del Distrito Federal (LTAIPDF). Y la reproducción de la información debe tener un costo razonable, como también lo establecen las leyes.
No fue entonces tan buena noticia porque cada fotostática costaba en 2012 cincuenta centavos, lo que ubicó al DF entre las entidades con los menores costos de reproducción de la información en el país.
Sin embargo, al aprobar en diciembre las modificaciones al Código Fiscal, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) fijó el costo de cada copia en dos pesos para el 2013, lo que representó un incremento del 300%.
El pasado 30 de julio se redujo ese costo a 1 peso por cada copia, según el decreto publicado ese día en la Gaceta Oficial del DF (aunque la ALDF aprobó el cambio al Código Fiscal desde el 29 abril pasado).
Es decir, que si la misma copia costaba cincuenta centavos el año pasado, ahora se cobrará al doble, y eso no es una buena noticia para el acceso a la información, aunque estuvimos peor los primeros siete meses del año en que se cobró a dos pesos.
El acceso a la información pública es fundamental en un régimen democrático, por lo que no puede haber obstáculos ni pretextos para hacerlo efectivo.
Fijar el costo de las fotocopias en 1 peso no ayuda al acceso a la información.
Es importante que las autoridades capitalinas lo reduzcan aún más, así como incrementar la digitalización de los documentos para que sean entregados preferentemente sin costo a quienes solicitan acceder a ellos.