Construya su propia opinión, aunque no coincida con los demás,

y, sobre todo, si coincide con los demás.

Miguel Ángel Granados Chapa 

Frescas conservo las palabras que hace 14 años me dijera un académico muy cercano al primer círculo del poder estatal cuando le comentara el inicio de un proyecto que saldría en diciembre de 1997 con el nombre deEnMarcha, realidad municipal de Oaxaca. “Será una revista más de campaña. Durará sólo hasta que tengamos nuevo gobernador”, me dijo. Y es que en 1998 se elegiría al nuevo gobernador del estado. Un día después, mi interlocutor me obsequió un par de revistas: “estas fueron de la campaña anterior”, anunció al mostrar su duración efímera.

Con ello planteaba la relación que se establecía entre prensa-gobierno/políticos. Una relación instrumental de parte de los políticos que la usaban sólo como vehículo para hacer campañas; una poca importancia de los gobiernos, que la veían sólo como posibilidad de difundir información gubernamental y dar rienda al culto a la personalidad; y una percepción limitada de muchos “periodistas” y dueños de medios, que la ven como mera posibilidad de intercambio y remuneración económica.

Pese a unos y otros, en las últimas décadas se han desarrollado en Oaxaca múltiples y diversos medios; con la revolución tecnológica hay decenas de portales informativos; hay una decena de revistas; nuevos diarios han surgido; como innovadores noticiarios radiofónicos y se ha incursionado en la televisión.

Ahora que EnMarcha está por cumplir 14 años; que atestiguó el final del sexenio de Diódoro Carrasco; trascendió no sólo la coyuntura electoral del 1998, en que ganara José Murat, sino su sexenio que representara el inicio de una agresión a la libertad de expresión; que vivió el autoritarismo de Ulises Ruiz y su régimen represor, con el capítulo de movimiento popular de 2006; y hoy es testigo del primer gobierno de la alternancia; se reabre el debate entre cuál debe ser la relación prensa-gobierno.

Desde su campaña, Gabino Cué anunció una nueva relación con los medios de comunicación. En los once meses que lleva al frente del gobierno su gestión ha tenido altibajos en su relación con la prensa. Lejanas los excesos represivos a la libertad de expresión, pero sin estar exento de algunos intentos.

Varias propuestas se han dibujado sobre cómo normar esta relación prensa-gobierno. Es parte también de un debate nacional. Sin embargo, las movedizas arenas en que se mueve, en muchas ocasiones confunde, más de lo que aclara; desvía el debate y termina por enturbiar la transparencia que, de ambos lados, debe prevalecer y defenderse.

Twitter: @victorleonelj