Las autoridades egipcias han hecho oídos sordos a las presiones internacionales en pro de la libertad de prensa. Un tribunal de El Cairo ha condenado este lunes a penas de entre siete y 10 años de cárcel a un grupo de periodistas de la cadena catarí Al Yazira, vetada en el país, acusados de difundir noticias falsas para favorecer las tesis de los Hermanos Musulmanes, el movimiento islamista que gobernó Egipto hasta el golpe de Estado del verano pasado. Entre los condenados hay extranjeros, como el reportero australiano Peter Greste y Mohamed Fahmy, egipcio con pasaporte canadiense, además de una holandesa y dos británicos.

El juicio, que había suscitado un gran interés en todo el mundo, es un paso más en la represión lanzada por el régimen egipcio para silenciar cualquier voz disidente, ya sea en el plano político o mediático, y especialmente contra la Hermandad. Desde el pasado 3 de julio, fecha del golpe de Estado militar contra el presidente islamista Mohamed Morsi —uno de cuyos principales apoyos era Qatar—, han muerto más de 2.000 personas en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad y han sido detenidas más de 20.000, la mayoría simpatizantes de la cofradía islámica.

De los 20 imputados en el proceso, Greste y Fahmy recibieron sendas condenas de siete años, mientras que el productor Baher Mohamed vio incrementada en tres la suya, hasta 10 años, por poseer en el momento de su detención una bala recogida, según la defensa, como recuerdo en una manifestación. Otros 12 periodistas fueron juzgados in absentia y condenados a 10 años por las mismas acusaciones, además de cinco estudiantes, tres de ellos castigados con siete años y dos absueltos, uno de ellos hijo del líder de la Hermandad Mohamed Beltagy.

Hace una semana, la Fiscalía egipcia liberó al también periodista de Al Yazira Abdalá al Shami, en prisión sin cargos desde agosto y en huelga de hambre desde enero…

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