A unos días de que concluya su periodo como presidenta del Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (IFAI), Jacqueline Peschard asegura (en entrevista con El Universal) que uno de los retos es expandir este derecho entre las ciudadanos, porque de acuerdo a sus encuestas, el ejercicio de la norma todavía es muy marginal.

“Sólo uno de cada cuatro mexicanos conoce al órgano garante”.

Eso es poco, reconoce la comisionada, pero agrega que sí se compara con las demandas de información y de apertura que ha ganado el IFAI junto con la sociedad civil, así como la resolución de la Suprema Corte que establece que los sujetos obligados no están legitimados para impugnar los casos del Instituto, “ha crecido enormemente el nivel de exigencia de la sociedad”.

En entrevista en su nueva sede de Insurgentes Sur, Peschard dice que todavía hay resistencias en algunas áreas de la Administración Pública Federal -como en la procuración de justicia-, porque hace falta construir una cultura de la transparencia entre los servidores públicos.

“Lo que queda claro es que las resoluciones del IFAI son más acatadas, tenemos 99% de cumplimiento, eso no quiere decir que la información esté actualizada, de calidad y  sustantiva”.

Sobre las reformas constitucionales aprobadas por el Senado, que dan más facultades al Instituto, Peschard asegura que no fue una concesión de los partidos políticos, sino un reconocimiento de una exigencia de los ciudadanos que hoy pone a México a la vanguardia en sistemas de transparencia.

El sábado próximo, Peschard dejará el cargo que viene ocupando en dos periodos consecutivos, del 13 de abril de 2009 al 19 de enero de 2011 y de esta última fecha al 19 de enero de 2013.

¿El IFAI tiene reconocimiento internacional, un andamiaje legal sólido, pero a la sociedad le interesa?

 

Si vemos las solicitudes de información, entre 2003 y 2007 hubo un incremento, pero ahora estamos en un equilibrio con 125 mil solicitudes al año. Esto quiere decir que hay una parte de población que es la que ejerce el derecho. En ningún país del mundo el acceso a la información es algo que lo ejerciten todos los ciudadanos. Lo importante es que se sepa lo que el gobierno hace y que la información esté a la mano.

¿Los servidores públicos están abiertos a entregar información?

Esa es una cuestión de blancos y negros, todavía no podemos decir que se ha asumido el sentido de la transparencia como parte del trabajo cotidiano. Lo que si diría, es que la exigencia de la opinión pública es mayor frente a la necesidad de transparentar al gobierno.

¿Cuáles son las áreas de opacidad?

La procuración de justicia. Seguimos peleando para que se abra la información y estadísticas.

¿Cuál es la relevancia de las nuevas atribuciones?

La gran importancia es que ahora se reconocen el carácter definitivo e inatacable de las resoluciones del IFAI. Además de que se amplían los sujetos obligados (incluidos partidos políticos y el Poder Legislativo), lo que nos pone a la vanguardia. México forma parte y preside la Red de Transparencia de América Latina, y en la última reunión en Chile, se planteó la posibilidad de llevar la transparencia a los parlamentos; nosotros ya tenemos eso en la Ley.

¿El Legislativo es de los más opacos en el manejo de sus recursos, cómo superarlo?

Esto tomará tiempo. La percepción que existe es que el Congreso ha sido muy opaco y no es una entidad abierta al escrutinio, pero una vez que esté la reforma constitucional, las leyes federal y estatales, ahí vamos a empezar a empujar este derecho y habrá un incremento de exigencia de la sociedad.

¿El regreso del PRI, es un regreso a la opacidad?

Hay una percepción del PRI de hace 15 años, del partido hegemónico y los temores que con su regreso sea lo mismo. Eso hoy es imposible, la sociedad ha cambiado, hay una opinión pública fuerte, hay partidos de oposición y con posibilidad de hacer acuerdos. Es decir, las  circunstancias modificarán al partido en el gobierno aunque haya mucho del viejo PRI.

Peschard asegura que a una década de la Ley de Transparencia “vamos por buen camino”, pero lamenta que no ocurra lo mismo con los órganos de transparencia de los estados.

“Si volteamos en los estados, sabemos que hay buena ley, pero no tienen un órgano realmente independiente y no han recibido los recursos suficientes para desplegar sus funciones y responsabilidades”.

Artículo publicado en El Universal.