A pesar de que hace cinco meses fue remitida la minuta del Senado de la República, aprobada por unanimidad, que dotaría al Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (IFAI) de autonomía constitucional y lo convertiría en última instancia para la resolución de recursos de revisión en todos los órganos del Estado, además de los partidos políticos y sindicatos, no sólo a nivel federal sino nacional. Hoy la reforma de transparencia y el futuro del IFAI se encuentran en un “limbo legislativo”.

Aún cuando la iniciativa había surgido del consenso entre los partidos y haberse votado en lo general por unanimidad en las comisiones unidas de Puntos Constitucionales, de Transparencia y Anticorrupción y de Régimen, Reglamentos y Prácticas Parlamentarias de la Cámara de Diputados, el último día del segundo periodo ordinario de sesiones se rompió el debate en las comisiones al retirarse de la mesa los legisladores del PAN. Y es que minutos antes el grupo parlamentario del PRI solicitó que todas sus 29 reservas  fueran agrupadas como una sola, lo que altera de forma importante la profundidad de la reforma en detrimento de la transparencia y el acceso a la información como una política pública obligada constitucionalmente.

Entre las reformas que el PRI propone en manera regresiva se encuentran: librar al Instituto Federal Electoral (IFE), asociaciones políticas y partidos políticos como sujeto obligados directos ante el IFAI, cerrando con ello la puerta a la transparencia dentro de los partidos, que tan necesaria es, especialmente en un país como el nuestro donde su financiamiento es mayoritariamente público. Otro asunto de igual relevancia es la reserva que modifica la continuidad de los actuales cinco comisionados y los remueve a todos del cargo. Ello tiene al menos dos importantes regresiones, la primera es la posibilidad de partidizar o sesgar al IFAI, al tener siete posiciones que repartir, y donde esta por demás decir que ya ha ocurrido en el IFE.

La segunda es interrumpir la continuidad quienes han forjado a uno de los órganos de la administración publica más respetados, y para lo cual cualquier nuevo comisionado deberá someterse a una dura curva de aprendizaje simultáneamente y no permitiendo que convivan los experimentados con los recién integrados. Adicionalmente, al remover a los actuales comisionados sin una reforma previa a su ley orgánica o crear un órgano nuevo en sustitución del IFAI, los legisladores deben tomar en cuenta la experiencia del InfoDF cuando se removió de forma similar a la ahora comisionada federal María Elena Pérez-Jean, que ante tribunales logró su reinstalación, ahora son cinco los comisionados que podrían apelar a esta experiencia jurídica. Debemos aprender institucionalmente de estas experiencias para no cometer los mismos errores del pasado.

Finalmente, existe otra reserva que pretende retirar la definitividad e inatacabilidad de las resoluciones del Instituto, con lo cual se debilita al organismo y abre la opción a controversias entre los sujetos obligados y los resolutivos de transparencia y protección de datos.

Es importante destacar la pertinencia de muchas de las reservas no sólo del PRI sino de otras presentadas por distintos grupos parlamentarios que en general dan mayor precisión para la interpretación de la norma; aumentan los sujetos obligados entre ellos los grupos parlamentarios (reserva del PRD) universidades, agrupaciones políticas (reserva PAN); o abonan a la confianza de los propios titulares del organismo al establecer que no podrán tener ninguna remuneración adicional a la que obtienen por su encargo (reserva del PAN); e inscribir en el texto constitucional la obligación de los municipios a la transparencia (reserva del PRI). La existencia de reservas que mejoran la calidad de la transparencia, en todos los partidos, son muestra de que el Congreso está listo para avanzar en la materia, pero antes debe flexibilizar la forma en la que son votadas individualmente cada una de ellas.

En conclusión debe decirse que la reforma está aún inconclusa y es importante que , como se señala en el párrafo anterior, si los partidos trabajan en conjunto encontrando y complementando coincidencias así como con  las organizaciones de la sociedad civil y la ciudadanía la posibilidad de  incidir con todas nuestras capacidades para que no prosperen cambios regresivos y contemos con un órgano de transparencia fuerte, autónomo y donde se preserve la experiencia y personalidad apartidista se vuelve una realidad.

@ImpLegislativo