El remolino de problemas en el que ha entrado el Gobierno de México en el último curso político ha rebajado a mínimos históricos la popularidad del presidente Enrique Peña Nieto. De acuerdo con un sondeo del diario Reforma sólo un 34% de los encuestados aprueba su labor. El estudio incluyó a 1.200 mexicanos y se realizó apenas dos semanas después de la fuga de El Chapo Guzmán.

La evasión del narco de una prisión de máxima seguridad a través de un túnel ha sido un detonante de la caída de confianza. Un 79% opina que el Gobierno es responsable del fiasco; un 87% cree que el delincuente tuvo ayuda de funcionarios para escaparse; y únicamente un 13% confía en que se actuará por ello contra cualquier funcionario “sin importar el nivel”.

El aspecto peor valorado del Gobierno es su política contra la corrupción: un 76% la considera “desfavorable”. El episodio de Guzmán ha sido el último roto en la imagen de la integridad institucional, que ya se había ido dejando jirones a lo largo del curso por la tragedia de Iguala –43 estudiantes asesinados por una banda de narcos y policías– y por el escándalo de la mansión de la esposa del presidente, Angélica Rivera…

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