Especular según una de las definiciones que da el diccionario de la Real Academia Española de la lengua es “Perderse en sutilezas o hipótesis sin base real”.  Y en el ejercicio de la libre expresión, medios de comunicación y columnistas en particular han realizado muchas especulaciones (casi con un sentido adivinatorio) respecto a quienes serían las personas que según ellos integrarán el Pleno del Nuevo IFAI.

Cuestión que consideramos va a contracorriente de la voluntad política manifiesta de los Senadores que encabezan las Comisiones bajo cuyo cargo está la designación, de que el proceso sea transparente, en el momento en que algunos aspirantes han hecho eco de estas especulaciones.

“Pasarela” le han llamado al ejercicio democrático de comparecer, presentarse y presentar propuestas, olvidando que la democracia requiere ser precisos y puntuales con las palabras que se utilizan.

Difícil de por sí es la decisión que tomaran los senadores, no sólo en términos de lo que la sociedad civil organizada ha exigido en cuanto al perfil de las personas que se nombren y el colegiado que se integre, y en ese sentido poco ayudan las especulaciones que hemos mencionado, pero nuestra cultura política, reflejada en los medios de comunicación, que desde luego que también representan intereses válidos, es esa y no la podemos cambiar de la noche a la mañana.

Afortunadamente también se ha dado información perfectamente fundada en los acuerdos de la Junta de Coordinación Política del Senado, como la proporcionada por Reforma el lunes pasado, donde por ejemplo ilustra una “hoja de ruta” que nos muestra que del 21 al 23 de abril se tendría que celebrar “Sesión de comisiones para aprobar dictamen de la designación de los 7 comisionados.”  Información que coincide plenamente con documentos oficiales del Senado.

Entonces la información sin fundamentos reales debería tomarse como opinión de quien lo escribe, ya sea a nombre propio o de un medio en específico.

Antes incluso de las propias comparecencia algunos llegaron a mencionar “listas de finalistas” totalmente subjetivas, puesto que los acuerdos de la JUCOPO en ningún momento hablan de filtro alguno.  Y en todo caso, una lista extraída de la de los que se inscribieron (160), sólo sería aquella que entregará el panel de expertos donde incluiría a los que según su deliberación serían aptos, por así decirlo, para el cargo y que en el ambiente de apertura de los senadores, serviría para la decisión definitiva.

Otros como Lilia Saúl en El Universal, desde el lunes 31 de marzo, insisto más como opinión que como información, presentó una lista de 24 aspirantes que “de acuerdo con datos recabados con expertos y legisladores tendrían posibilidades (sic) de conformar el nuevo órgano.”  Y en el mismo sentido esta misma semana, El Financiero cabecea una nota así: “Conoce a los doce aspirantes al ifai” y asegura que “Las comisiones unidas del Senado de la República… ya cuentan con una lista de 12 finalistas,…”

Considero pertinente preguntar, sé que es una pregunta incomoda, pero lo hago responsablemente, ¿Estas especulaciones ayudan a la transparencia y objetividad del proceso de designación de integrantes del pleno del nuevo IFAI?  Considero que no, aunque también sé que cada quien es libre de decir lo que quiera.

Y entrados un poco en la curiosidad de qué estarán pensando en las diferentes fracciones parlamentarias del Senado y cómo es que podrían consensuar la importante integración del Pleno del nuevo IFAI, este tipo de publicaciones, para bien o para mal, realmente no importa; y más bien orientan un poco, si es que acudimos al viejo dicho de que “cuando el rio suena es porque agua lleva”.

Muy importante será para la credibilidad de este proceso legislativo de designaciones, en el que hay que reconocer el esfuerzo y compromiso de los senadores que escucharon a la alrededor de centena y media de aspirantes, el que se haga pública la lista que el panel de expertos elabore.  Y muy grato será que los finalmente designados sean tomados de dicha recomendación.

Mucha política en el buen sentido de la palabra se requerirá para llegar a feliz término.  Creo que la capacidad de diálogo, negociación y acuerdo de los senadores será muy exigida y en esa misma proporción tendrá que ser la respuesta.

Pasada la Semana Santa se dilucidará este asunto y esperamos desde luego que será en beneficio de la lucha por la transparencia que desde diversas trincheras, muchos mexicanos han emprendido por lo menos desde hace diez años con mayor intensidad.

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