El mayor éxito al que puede aspirar un eslogan publicitario es convertirse en parte del uso cotidiano de un idioma. Hace unos años eso ocurrió con la campaña promocional de una escuela de inglés: Que no te vean con la cara de what? La expresión se volvió una frase cotidiana del mexañol para definir a una persona que no entiende nada de un tema y esa ignorancia es basta y flagrante.
La organización Mexicanos Primero (MP) realizó una investigación profunda sobre el aprendizaje del idioma inglés en nuestro país. Al ver los resultados del estudio es necesario hacer un esfuerzo de contención de los músculos faciales para evitar poner cara de what? El análisis de MP, titulado Sorri, pone la mirada en un enorme bache que hay en la ruta colectiva hacia la prosperidad y el desarrollo.
A pesar de que el inglés es una materia obligatoria en secundaria desde 1926, somos un país donde el dominio de la lengua de Shakespeare es el privilegio exclusivo de una minoría. Si uno revisa los programas de la SEP, en el papel las cosas pintan muy bien. Sin embargo, las cerca de 100 horas de clases de inglés que hipotéticamente se imparten dejan un saldo pavoroso y monolingüista. De acuerdo a la evaluación realizada por Miguel Szekely, el 97% de los alumnos no tiene el nivel esperado por la propia SEP. El 79% de los jóvenes preparatorianos que tomaron la prueba tienen un desconocimiento absoluto del idioma, esto implica no tener suficiente vocabulario para devolver un saludo o distinguir un nombre propio.
La situación del inglés se agrava en otro aspecto de la formación del carácter y la educación cívica de los estudiantes. A pesar de que su proeficiencia en el idioma es nula, la SEP regala a los alumnos una calificación aprobatoria que permite pasar a preparatoria. Más de la mitad de los estudiantes que tuvieron calificación de nueve en su boleta oficial obtuvieron un nivel de desconocimiento total del inglés en la evaluación. La SEP los pasa, pero la vida los reprueba.
En el mundo de hoy tener un dominio sólido del inglés puede abrir igual o más puertas que una carrera universitaria. 56% de los contenidos de internet están en la lengua que los británicos exportaron al mundo, al igual que el 90% de las publicaciones científicas. Un ingeniero químico, un cirujano o un programador de software que no lee inglés es un profesionista marginado de los últimos avances en su campo de trabajo. Uno de cada dos empleos con ingresos superiores a los 50 mil pesos mensuales requiere forzosamente del uso intensivo del inglés.
De acuerdo a un estudio de la Coordinación Nacional de Inglés de la SEP se prevé que para lograr una cobertura satisfactoria, México requeriría de 92 mil maestros especializados, pero en 2010 apenas se contaba con 11,000. Aspirar a formar la primera generación de mexicanos bilingües requiere de un esfuerzo enorme de recursos y buena ejecución. Probablemente resulte más viable plantear este reto a nivel de los estados y del Distrito Federal que a nivel del gobierno federal. Este año hay elecciones a gobernador en nueve estados de la República. Sería interesante que algún candidato o candidata se apunte al reto de lograr en el 2021 el primer estado con una generación suficientemente bilingüe al salir de la prepa. Para entidades como Querétaro o Nuevo León, una población económicamente activa y bilingüe potenciaría sus actuales fortalezas competitivas. Una entidad como Colima tiene la escala demográfica ideal para intentarlo.
El dominio o ignorancia del idioma inglés marca las oportunidades académicas y profesionales en la vida de una persona. La lengua franca es destino y sinónimo de desarrollo. Una meta de esta magnitud podría transformar la capacidad de atraer talento e inversión en un estado o país. Para dejar atrás a una nación con la cara de what? se requiere de atributos más escasos que la impecable navegación del inglés: visión, liderazgo y voluntad política.
@jepardinas
Fuente: Reforma