Cuando se convoca a votar por el “sí” a la consulta, agregando que con eso se enviará a los expresidentes a la cárcel, se hace demagogia.
En este caso, la demagogia no es un calificativo sino una categorización.

En la reflexión sobre la política, la demagogia es una forma de gobierno. Aristóteles (“Ética a Nicómaco”) la caracterizaba como una desviación de la democracia en la que no rige la soberanía de la ley, sino un poder caprichoso que invoca a la masa. Que se tenga en mente al marcar el “Sí” la imagen de los villanos, es una forma de instigación.

El resultado previsible es la mayoría del “Sí”, de lo que se derivará que es el pueblo, y no el cumplimiento de la ley, el detonante de posibles acciones legales.

En estricto sentido, la consulta del próximo 1 de agosto no es para decidir si se envía o no a los expresidentes a la cárcel.

La consulta se explica (o no) con el propio texto de la pregunta:

“¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos, encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?”

Por: José Roldán Xopa

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Fuente: La Silla Rota