El acceso a la información, la transparencia y la participación social son fundamentales para erradicar el autoritarismo y construir una cultura democrática, coincidieron especialistas durante los trabajos de la IX Semana Nacional de Transparencia, organizada por el Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (IFAI).
Al participar en el panel Cultura y ética como fundamentos del derecho de acceso a la información, el investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), Mauricio Merino señaló que para consolidar la democracia se requiere que los ciudadanos se asuman como dueños de ella, lo cual supone una responsabilidad, pero también una conciencia de que lo público es de todos y no puede ser escondido ni vulnerado.
“No podemos construir democracia sólo a golpe de escándalos, porque los escándalos, cuando se vuelven cotidianos, acaban siendo rutina y entonces los funcionarios esperan a que pase el golpe del día para volverse a acomodar al día siguiente en las nuevas circunstancias y esperar el siguiente escándalo”, apuntó.
Merino destacó la necesidad de construir instituciones y normas que regulen la producción de la información y las consecuencias del ejercicio de la autoridad democrática.
En su participación, Soledad Loaeza, profesora e investigadora del Colegio de México, destacó la importancia del acceso a la información para el desarrollo de una sociedad participativa que aprenda a discutir y deliberar sobre las decisiones del gobierno.
Señaló que es condición de todo gobierno democrático transparentar la información a propósito de los por qué y de los cómo en la toma de decisiones.
“En un régimen autoritario lo que no hay es información acerca de cómo o por qué se tomaban las decisiones. Sí hay una explicación de las decisiones, sí hay una información a propósito de los elementos que integran esas decisiones, pero no nos dicen ni cómo las tomaron ni por qué las tomaron. Ese es un silencio que ahora hemos superado gracias al IFAI”, enfatizó.
Loaeza resaltó que el IFAI está comprometido en la difícil tarea de transformar valores, de transformar la cultura autoritaria y convertirla en una cultura política democrática en la que los ciudadanos participen en los procesos de toma de decisiones de manera informada.
A su vez, Heather Brooke, periodista y profesora visitante de la City University Londres, Inglaterra, destacó que la propaganda gubernamental es reflejo de un gobierno autoritario en el que no se permite que la gente forme su propia opinión, mientras que en la democracia se piensa que si se da a la gente suficiente información, ésta va a poder tomar la mejores decisiones.
Brooke expuso el caso que enfrentó en el Reino Unido cuando, en su labor como periodista independiente, requirió información sobre la comprobación de gastos de los miembros del Parlamento, que ascendían a 26 millones de libras al año, la cual le fue negada con el argumento de que se incurriría en una invasión a la privacidad.
Relató que después de varios intentos apeló la respuesta y que, en esa ocasión, la autoridad resolvió a su favor; sin embargo, le indicaron que no le entregarían los comprobantes y el desglose de los gastos, por lo que apeló nuevamente. El asunto llegó a tribunales y ahí, nuevamente, fallaron a su favor. El Parlamento apeló ante la Suprema Corte, y tres jueces resolvieron que la información debería abrirse y así ocurrió.
A partir de este asunto, se estableció el acceso a esa información como principio legal, lo que obligó a los miembros del Parlamento revelar toda la información sobre sus gastos y erogaciones.
Finalmente, la comisionada del IFAI María Elena Pérez-Jaén, quien fungió como moderadora, afirmó que la transparencia y el acceso a la información se deben entender por encima del gobierno en turno o las luchas de poder, conformando un nuevo patrimonio ético.
“La participación ciudadana es el pilar de la democracia, motivo por el cual la capacidad y alcance de esta participación dependen de la eficacia y del funcionamiento de un sistema político que aspire a ser democrático”, puntualizó.
Pérez-Jaén sostuvo que el autoritarismo se puede superar, siempre y cuando reconozcamos cuáles son sus peores rasgos, sus peores legados. “Creo que, desafortunadamente, uno de ellos es esa desconfianza frente a la información pública”, dijo.