Por: Esteban Ángeles Cerón*

Presidente del CCCEHidalgo

Las Reformas Estructurales prescriben para las Instituciones de la República, una nueva dimensión que exhorta al ejercicio de un gobierno abierto y en público con calidad democrática y política. Al mismo tiempo, demandan estructuras institucionales con una gestión horizontal, transparente, probidad irrestricta, y corresponsabilidad social; así como, la vigencia de un amplio marco de rendición de cuentas, transversalidad, y procesos de evaluación y auditoria externa.

En este contexto, la Red por la Rendición de Cuentas (RRC), ha hecho pública la propuesta de un “Programa Especial de Rendición de Cuentas 2014-2018”, que se pondrá a consideración del Titular del Ejecutivo Federal, solicitándole, que en el marco de sus facultades, impulse y coordine acciones estructuradas en siete temáticas. http://rendiciondecuentas.org.mx/wp-content/uploads/2014/09/PERC-2014.pdf

El programa que se propone, sienta las bases para construir un Sistema Nacional de Rendición de Cuentas, que a partir de líneas de acción con objetivos definidos e indicadores de seguimiento puntuales y medibles, mejoren de manera sustancial, la forma como se informa, se explica y se justifica el desempeño de las instituciones públicas y el cumplimiento de la responsabilidad de quienes programan, diseñan, implementan y gestionan la planificación democrática, a la ciudadanía.

En esta virtud, debe imponerse la convicción de que ya que no se puede gobernar al margen de la ciudadanía y convertirse en “Rey tuerto en un país de ciegos”, porque esto es opacidad que no debe permitirse, ya que debilita y erosiona el poder del Estado, y la gobernanza activa en la concreción de sus fines. Razón por la que, apremia construir una política pública coherente, con visibilidad y transparencia, e impulsar acciones remediales a los problemas públicos, evidentes en la fragmentación institucional, en las normas y en las prácticas formales, cuyos efectos son la opacidad y la corrupción.

Esta iniciativa ciudadana, presenta un enfoque sistémico, congruente y dinámico articulado bajo dos prescripciones: La primera, es la continuidad de la planificación democrática, que como premisa del Continuum Político, sustenta en la Agenda Pública Nacional, las acciones de las tres últimas décadas de la gestión pública federal, en materia de integridad pública, transparencia y combate a la corrupción. La segunda, es la del cambio como condición estructural para ir más allá de la rendición de cuentas; de la ampliación al acceso a la información pública gubernamental; y de las sanciones a comportamientos individuales.

En consecuencia, la rendición de cuentas debe constituir un ejercicio transversal de la esfera pública, por lo que instituciones gubernamentales, organismos, partidos políticos y todos los sujetos obligados, así como representantes ciudadanos, deberán operar garantizando la Interoperatividad e interoperabilidad orgánica. Este es el antídoto para la corrupción y sus anomias como fenómeno estructural, que se debe extirpar desde su raíz institucional con la corresponsabilidad ciudadana, porque sus aterradores estragos, junto con la impunidad, han dejado amargas experiencias y grandes mermas al desarrollo humano de los mexicanos.

En este sentido, la Rendición de Cuentas exige de los órganos gubernamentales, asumir el desafío de profundizar la corresponsabilidad y auditoría ciudadana en la transparencia de la gestión pública, y con ello, que los ciudadanos puedan acompañar y monitorear en forma efectiva, los actos de los órganos de la administración del Estado.

Este escenario demanda la creación de una política integral para fortalecer la participación ciudadana y promover una cultura de corresponsabilidad; y vincular espacios de comunicación entre gobierno y ciudadanía, que permitan incrementar desde la cultura política y sus expresiones sociales, la transparencia, eficacia, eficiencia y efectividad de las políticas públicas.

Estas acciones del orden público, no sólo crean un clima de confianza activa en un gobierno visible, sino también un modelo de parlamento abierto, es decir, una praxis de gestión pública participativa, cuyo diálogo, reafirma el mandato del pueblo y confiere potestad a la voluntad ciudadana. Esto debe articularse con nuevos atributos constitucionales hacia los Organismos Públicos Autónomos (OPA), así como, facilidades y apoyos a las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC), cuestión que incide en mayores radios de acción, cohesión y vinculación de la ciudadanía activa, en apoyo a las tareas públicas.

La Planificación Democrática, debe confirmar el carácter de su Continuum Político; es decir, debe ser la expresión de la demanda ciudadana para concretar la programación y desarrollo del Estado. Es por ello que la transformación del país, reclama hacer eficiente a la administración pública, en el marco de una alianza y colaboración entre el Estado y la Sociedad Civil, para construir soluciones a las necesidades de la sociedad, especialmente en la lucha contra la pobreza y la desigualdad.

De esta manera, los instrumentos existentes en materia de rendición de cuentas y planeación democrática, fortalecerían la concreción e implementación de las Reformas Estructurales, y garantizarían, no sólo la transformación económica del país, sino un México donde la dignidad no sea prebenda, ni coto de poder de sectores privilegiados.

Una sola fuerza debe converger en la construcción de la Nación: la del pueblo. Debemos evitar que el vínculo identitario que ha forjado el crisol de nuestra patria, sea secuestrado por la indolencia o la inconsciencia social. El gobierno lo hacemos todos, no es un ejercicio parcelario y mucho menos sectario. Que no se olvide que el valor del intelecto unido al trabajo, es la condición que realmente emancipó a nuestro pueblo de la esclavitud imperialista y que hoy dignifica nuestra Independencia Nacional.

Fuente: Perspectiva Hgo.