El mes pasado comprobé la verdad que encierra el refrán “cuando Dios da, lo hace a manos llenas” ya que tuve la fortuna de ver publicados y muy comentados, dos trabajos en los cuales participé y que están vinculados por una temática común: la rendición de cuentas de las haciendas públicas mexicanas.

Uno de los textos es el quinto Cuaderno de Trabajo de la Red por la Rendición de Cuentas (RRC) publicado bajo el título “Rendición de Cuentas Hacendaria”. Desde aquí, mi agradecimiento a Mauricio Merino y Lourdes Morales por la invitación y la confianza para colaborar en este proyecto de desarrollo y difusión de las propuestas que se han venido trabajando en este gran colectivo que integra la RRC.

El otro trabajo, “Auditorías Superiores Locales en México. Evaluación de su normatividad, prácticas y transparencia” es el reporte de una investigación que el Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA) de la Universidad de Guadalajara ha realizado en colaboración con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

Estos documentos tienen en común, el eje temático de la rendición de cuentas sobre los recursos públicos de los mexicanos: el primero pretende explicar en pocas líneas, el panorama general del tema. El segundo es al contrario, un extenso trabajo que tiene como objetivo, hacer un análisis del diseño jurídico institucional de los órganos fiscalizadores locales y sus prácticas de transparencia junto con la percepción de sí mismos que se obtuvo a través de cuestionarios.

Como suele suceder, las malas noticias son más notorias y gozan de mayor difusión que las buenas. Es verdad que hay datos alarmantes en ambos textos pero también, es cierto que se reportan mejoras y se hacen reflexiones y propuestas concretas para solucionar los problemas detectados, por lo que comparto algunos datos a priori alentadores:

  • La Secretaría de Hacienda y Crédito Público tiene disponibles en su portal web, las cuentas públicas federales de los años 1996 a 2012; además, este último año tiene la versión “cuenta pública ciudadana”.
  • El Sistema de Evaluación del Desempeño consiguió integrar mucha información a través de los “Indicadores de Programas Presupuestarios” y compilarlos en la pasada entrega-recepción de la administración pública federal.
  • La Auditoría Superior de la Federación (ASF) presenta una solidez institucional ya que la normatividad que la rige ha sufrido pocas reformas y si bien, pueden mejorarse algunos aspectos, se ha podido desarrollar como un órgano autónomo y transparente.
  • Están publicados en el portal de la ASF, los Informes de Resultado de la Revisión de las Cuentas Públicas federales, de los años 2000 a 2011; su portal web impulsa una transparencia proactiva y una cultura de la rendición de cuentas. Es importante también, que se observa una continuidad institucional bajo el mando de los dos Auditores Superiores que hemos tenido en el país.
  • El gasto federalizado ha sido vigilado a través de un programa específico a cargo de  la ASF desde el año 2006.
  • Casi la totalidad de las Auditorías Superiores locales de nuestro país, tienen un portal web propio e independiente.
  • La mayoría de los titulares de estos órganos fiscalizadores locales son nombrados bajo reglas precisas y establecidas en normas constitucionales o con rango de ley.
  • El alcance de las auditorías que practican los órganos fiscalizadores locales ha aumentado en los últimos años, a través de una legislación que les permite acceder a todo tipo de información y a la mayoría de sujetos que gestionan recursos públicos; también, ha aumentado la atribución para realizar auditorías de desempeño y a situaciones excepcionales.
  • La rendición de cuentas de las Auditorías Superiores locales, ha avanzado en el plano normativo, es decir, los “vigilantes” también tienen obligaciones puntuales sobre su transparencia y rendición de cuentas.
  • Se documentaron “prácticas ejemplares” en la mayoría de los ordenamientos jurídicos de la fiscalización superior de ámbito subnacional y en los portales web de las  Auditorías Superiores locales.

Tal vez para los jóvenes que están estudiando sus carreras universitarias, estos datos les parezcan insulsos. Pero para aquellos que tenemos más de una década investigando sobre la rendición de cuentas hacendaria, sabemos que el solo hecho de tener información sobre el gasto público y el funcionamiento de los órganos fiscalizadores, con independencia de la calidad de esa información, es un avance para la rendición de cuentas de nuestro país. Con cierto optimismo, considero que estas y otras buenas noticias, también son noticia.