“Los actuales tribunales de justicia federal y administrativa son estructuras subutilizadas, pero ya nos cuestan, así que deberíamos de reforzar sus funciones” asegura Ana Elena Fierro, investigadora del Centro de Investigación y Docencia Económicas. Y agrega: “son perfectibles, pero no son malos, porque en ellos hay gente preparada, especializada que ya tienen un expertise”.

Si bien la propuesta de la Red por la Rendición de Cuentas contemplaba la creación de un tribunal de cuentas, los legisladores, en el Dictamen de la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública, optaron por cambiar el nombre del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa, a Tribunal Federal de Justicia Administrativa.

Sobre las características del tribunal ya existente Ana Elena Fierro apunta “este tribunal ha sido el que desde su origen, ha dirimido las controversias entre los particulares y la autoridad, la mayoría de esas controversias son fiscales, igualmente resuelven las inconformidades de los servidores públicos cuando se les impone una sanción administrativa, una multa, un apercibimiento, un apremio o la destitución del cargo”.

La especialista en Derecho Constitucional y Transparencia considera que “nos hemos concentrado en la cuestión de cómo nos cobran los impuestos, aunque en algunos estados, los tribunales se dedican a ser tribunales de tránsito, porque la gran mayoría de asuntos que ve son multas, aunque ellos tienen las facultades de revisar la parte de los servidores públicos”.

Ahora, el Tribunal Federal de Justicia Administrativa se encargará de las responsabilidades administrativas, “el gran quid va a ser cómo, en la legislación secundaria, vamos a distinguir las responsabilidades administrativas, que en realidad es una de las grandes lagunas que tiene el sistema actual, qué vamos a dejar en mano de la Secretaría de la Función Pública, por ejemplo las faltas leves, y qué vamos a dejar para el tribunal, por ejemplo las faltas graves”.

Los tribunales administrativos son muy comunes en el mundo, en países como Brasil, Alemania, España y Francia, son muy avanzados.