En Bulgaria, miles de empleados públicos se congregaron el pasado miércoles 20 para exigir al gobierno que ayude a los trabajadores pobres, mientras que los estudiantes, indignados, mantienen una protesta pidiendo la renuncia del Gabinete.
La multitud pidió al Gobierno búlgaro aumentar los salarios en un 10 %, proteger el derecho a la jubilación anticipada y hacer pagos regulares, ya que los trabajadores apenas son remunerados a tiempo.
La marcha de los trabajadores se combinó con una demostración diaria de unos 1 000 estudiantes a las afueras del Parlamento.
Los estudiantes exigen la renuncia del Gobierno del primer ministro, Plamen Oresharski, pues a su juicio, la clase política es demasiado corrupta.
Durante las últimas cuatro semanas, Oresharski ha estado bajo la continua presión por parte de los estudiantes, que han dado un nuevo impulso a las manifestaciones.
Una encuesta de Gallup ha revelado esta semana que el 70 % de los búlgaros es pesimistas sobre el futuro y el 49 % quiere la dimisión del nuevo gabinete.
Bulgaria se unió a la Unión Europea (UE) hace seis años, pero el país sigue siendo el Estado miembro más pobre del bloque de 28 naciones. Sofía ha sido repetidamente criticada por la UE sobre la corrupción y los oligarcas que influyen en la política.