Por: Laura Rojas
Senadora de la República
A pesar de que la reforma en materia de transparencia y acceso a la información pública ha sido, de entre todas, la menos controversial y la que mayor nivel de aprobación tiene, sus alcances y beneficios, tanto para fortalecer el sistema de rendición de cuentas, como para los ciudadanos, en concreto, se conocen y se comprenden poco. Por eso es que varias veces he utilizado este espacio editorial para hablar de la reforma, primero, en su fase constitucional y, ahora, en la integración del nuevo órgano de dirección del Instituto Federal de Acceso a la Información Pública (IFAI). Lo haré también en la fase de aprobación de la legislación secundaria, porque la única manera de ampliar el ejercicio del derecho de acceso a la información, que es el principal objetivo de la reforma, es precisamente que más personas se enteren de ese derecho, para qué sirve y cómo ejercerlo.
La reforma transforma al IFAI en una institución que tiene poder de ordenar prácticamente a todos los entes públicos, incluidos gobiernos, órganos autónomos, senadores y diputados, jueces y magistrados, así como a partidos políticos y sindicatos, a transparentarse, abrirse y entregar información pública a los ciudadanos. También tendrá facultad para revisar resoluciones de los órganos locales de acceso a la información pública y de atraer casos de los estados que por su importancia sean de trascendencia nacional. Estas nuevas facultades y la autonomía de que goza ahora lo han convertido en una institución fuerte, con más amplitud de acción, lo han convertido, como ya se le conoce, en el “nuevo IFAI”.
Pero todo esto, ¿en qué y cómo le beneficia a usted, apreciado lector? El principio es en realidad bastante sencillo: todos nos comportamos mejor cuando sabemos que somos observados. Entre las nuevas facultades del nuevo IFAI no sólo está el garantizar que si, por ejemplo, usted solicita información sobre cómo y por qué su presidente municipal gasta el dinero de sus impuestos, le sea otorgada, sino que promoverá que esa información sea publicada de oficio, de tal manera que ya ni siquiera sea necesario solicitarla. Eso implicará que los recursos otorgados a su presidente municipal sean utilizados de manera honesta e inteligente. Saberse observado es claramente un incentivo para gobernar mejor y evitar caer en actos de corrupción.
Sin embargo, la reforma por sí sola no es suficiente. Como en cualquier institución, se necesitan las personas adecuadas, capaces de hacer realidad lo que está plasmado en el papel. La etapa de nombramiento de los siete nuevos comisionados del IFAI, miembros de su máximo órgano de dirección, es crucial para el cumplimiento de los objetivos de la reforma.
A partir de mañana, los senadores integrantes de las comisiones responsables del proceso escucharemos, en audiencia pública, a los 158 aspirantes. El número implica en sí mismo un enorme reto, además de aplicar una adecuada metodología de evaluación, la cual debiera estar basada en criterios objetivos, como la preparación y experiencia en la materia, así como la capacidad de desempeñarse en cuerpos colegiados y la independencia de criterio no sólo respecto de los partidos políticos como insistentemente se ha señalado por algunos, sino de cualquier otra persona, ente o grupo de interés que pudiera afectar su actuación en el cargo.
Entre los aspirantes, sin duda, los hay con suficientes credenciales para ser comisionado del IFAI, mujeres y hombres con sólida formación y vasta experiencia. Destacan quienes se han desempeñado en los órganos locales de acceso a la información, los cuales se han convertido en un semillero. También hay académicos, periodistas y exfuncionarios federales y locales que han trabajado en las áreas de transparencia. Incluso, exlegisladores, redactores y promotores del andamiaje legal en esta materia. Todos ellos conforman un vasto abanico de posibilidades, ahora toca al Senado elegir con profesionalismo y responsabilidad a las y los mejores comisionados para el nuevo IFAI.
Twitter: @Laura_Rojas_
Fuente: Excélsior