Aun cuando el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) llega “fracturado” a su 70 aniversario, la organización gremial está muy lejos de morir pues las prácticas de corrupción de la dirigencia siguen siendo habituales, y ejemplo de ello es la colusión a la que han llegado con el gobierno federal para apoyar en el discurso la reforma educativa.

Durante el foro organizado por La Jornada y Casa Lamm, con el tema 70 años del SNTE, el reto de su democratización, especialistas en el proceso histórico de este gremio señalaron la necesidad de su democratización, la cual será complicada, y destacaron el papel que la disidencia magisterial debe jugar para alcanzar este objetivo.

El profesor Pedro Hernández, integrante de la disidente sección 9 del SNTE en el Distrito Federal, que se agrupa en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), señaló que es posible la democratización de este gremio desde su interior, para lo que se requiere de un proceso de reflexión y revisión tanto de las acciones de la cúpula sindical como de la disidencia.

La democratización sindical debe venir desde las bases, en un ejercicio horizontal, similar al que trata de practicar la CNTE, esto a fin de romper con las prácticas corporativas de los sectores oficialistas del gremio, dijo.

Indicó que en siete décadas de existencia, el SNTE ha sido dirigido sobre todo por tres cacicazgos (Jesús Robles Martínez, Carlos Jonguitud Barrios y Elba Esther Gordillo), quienes “emprendieron estrategias similares para aliarse a los gobiernos en turno velando por sus intereses personales y no de los trabajadores, usando la estructura sindical para fines partidistas y electorales.

“Estos liderazgos se han expresado contra los maestros críticos mediante la imposición de representaciones ajenas a las bases, persecución, hostigamiento, amenazas y hasta asesinatos”, lamentó el docente.

Por ello, sostuvo que el estado de crisis que hoy enfrenta la educación en México es también en parte responsabilidad de la cúpula del SNTE, quienes “han sido cómplices” de las políticas educativas que han perjudicado al sistema académico nacional…

Nota completa en: La Jornada