Hace un par de semanas en este mismo espacio, compartimos una reflexión sobre los problemas que están presentando en el otorgamiento de contratos para la Refinería de Dos Bocas en Tabasco. Y es que a pesar de que las empresas expertas han seguido manifestando los riesgos de este proyecto, el Gobierno Federal ha seguido adelante.
En esta ocasión, la polémica en los procesos de invitación restringida encendió focos de alerta. El Grupo Huerta Madre fue creado el 17 de mayo pasado y es la empresa que, junto a la holandesa Van Oord, se encargarán de la preparación y retiro de materiales de los predios donde se construirá la Refinería. El Grupo de reciente creación lo preside Manuel Santandreu Hernández, cuya empresa fue sujeta de medidas compensatorias y multas por parte de la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) por el desmonte de vegetación en el mismo predio, el cual se realizó sin contratos previos, sin presupuestos y sin estudios previos.
Sería urgente que las autoridades competentes en la materia revisaran con detalle el caso y evitaran irregularidades tanto en el otorgamiento de contratos, como en las consecuencias ambientales que pueden tener proyectos de esta naturaleza. Bajo ninguna circunstancia debería de privilegiarse el otorgamiento de un contrato a una empresa que ha incurrido ya en faltas. Las reglas deben ser claras y no solo buscar el precio más bajo, sino garantizar experiencia, apego a la norma, garantizar claridad en los criterios de asignación y cumplir con las mejores prácticas para garantizar transparencia, evitar actos de corrupción y consecuencias ambientales que pueden causar daños irreversibles al medio ambiente.
Para ello, la fortaleza de las instituciones es una premisa fundamental. También los mecanismos de vigilancia, la máxima publicidad y la rendición de cuentas, pues a través de ellos se puede evitar que cualquier beneficio personal quede por encima del interés público.
Liliana Veloz Márquez
Directora Ejecutiva
Red por la Rendición de Cuentas