Por: Óscar Guerra Ford

Con las reformas que se han generado no cabe duda de que el país va a cambiar de forma radical. Nuestra ciudad también está en el centro de los cambios: esperamos la aprobación de la reforma constitucional para convertir el Distrito Federal en un estado más de la Federación, con lo cual podrá constituir un marco normativo que privilegie los derechos de sus habitantes.

Por lo pronto, las reformas laboral, de educación, de telecomunicaciones, energética, política-electoral, fiscal, anticorrupción y de acceso a la información establecerán un nuevo escenario para el 2014 y la transparencia jugará un papel destacado, aunque necesita de la participación ciudadana para que tenga un peso importante en la construcción de un país con mayor calidad en su democracia.

Los legisladores entendieron que la transparencia y el acceso a la información son indispensables para la gobernanza e incluyeron contenidos en donde se privilegia la rendición de cuentas. Sin embargo, de nada sirven las disposiciones para transparentar la gestión pública, si no hacen eco en la sociedad; es necesaria la intervención de las personas para cogobernar con sus autoridades.

En particular, los capitalinos somos los que en mayor medida hacemos uso de nuestro derecho a la información; y ahora que las reformas obligan a la publicación de más documentos, debemos conocer su contenido para vigilar de cerca la actuación de nuestros gobernantes, tanto locales como federales.

Por ejemplo, la reforma laboral incluyó algunos artículos que obligan a hacer pública la información de los contratos colectivos de trabajo y a expedir varios documentos de los sindicatos en términos de lo dispuesto en la ley de transparencia federal.

La educativa establece la publicación de la planta de profesores, del personal comisionado al sindicato y del personal con doble plaza. Además, los resultados de la evaluación del Sistema Educativo Nacional serán públicos.

La reforma en telecomunicaciones permitirá conocer la información del registro de telecomunicaciones; es decir, toda la información sobre los títulos de concesión, los permisos y las asignaciones otorgadas. También, las tarifas al público de los servicios de telecomunicaciones, los convenios de interconexión, los acuerdos internacionales, estadísticas de los servicios de telecomunicaciones, las sanciones impuestas y cualquier documento relativo a las operaciones de los concesionarios.

En materia energética (electricidad, petróleo y demás hidrocarburos) la ley secundaria establecerá las normas relativas a la administración, organización, funcionamiento, procedimiento de contratación y demás actos jurídicos que celebren las empresas productivas del Estado, así como su régimen de remuneraciones, para garantizar su eficacia, eficiencia, honestidad, productividad y transparencia.

En el ejercicio de la función electoral, serán principios rectores los de certeza, imparcialidad, independencia legalidad, máxima publicidad y objetividad.

Además de toda la información que debe publicar la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), la reforma fiscal establece la publicación del nombre o la razón social de las personas que incumplen con sus obligaciones fiscales cuando tengan a su cargo créditos fiscales, hayan cometido un delito fiscal o reciban condonaciones fiscales, entre otras cosas.

Asimismo, la reforma hacendaria incluye la obligación para la SHCP de establecer acciones para mejorar la transparencia del gasto federalizado, promover mecanismos de participación ciudadana en el seguimiento del gasto público y publicar información presupuestaria accesible y transparente.

Los mexicanos hemos ganado espacios para la transparencia y el acceso a la información, aunque nos falta consolidar una política integral y articulada, para que las acciones no sólo se encaminen hacia el combate a la corrupción, sino que se proyecten para crear una cultura real de rendición de cuentas, a efectos de evolucionar hacia un país en donde la legalidad y las buenas prácticas de gobierno sean la regla y no la excepción.

Fuente: El Universal