Invocando la seguridad nacional de Rusia, la Duma Estatal (Cámara baja) ha comenzado a legislar esta semana para limitar la participación extranjera en los medios de comunicación del país. El martes, la Duma votó a favor de unas enmiendas de ley que reducirán a un 20% la participación máxima en la propiedad de los medios de comunicación que pueden poseer los extranjeros en Rusia, independientemente de su tipo y especialidad. En la actualidad, los extranjeros pueden ser propietarios de hasta un 50% de emisoras de radio y cadenas de televisión y carecen de limitaciones en lo que se refiere a la prensa escrita.

Las enmiendas, que la Duma espera aprobar en segunda y tercera —definitiva— lectura mañana, afectan también a los ciudadanos rusos con una segunda nacionalidad, que en virtud de una nueva ley están obligados a registrar esta condición en los servicios de emigración rusos.

Se prevé que la nueva legislación entre en vigor en enero de 2016, tras un periodo para la adaptación de las empresas extranjeras presentes en el mercado de los medios de comunicación local. Para completar el proceso legislativo, las enmiendas deben ser aprobadas también por el Consejo de la Federación (Cámara alta) y firmadas por el presidente, Vladímir Putin. Y es previsible que así suceda, puesto que el Kremlin ha apoyado la iniciativa legal, de la que oficialmente son autores diputados de formaciones distintas a Rusia Unida, el partido de Putin, mayoritario en el Parlamento.

La Duma respondió con aplausos y exclamaciones de aprobación al diputado Vadim Denguin, que concluyó su defensa de las enmiendas con la frase: “Estoy dispuesto a cerrar Rusia y garantizar la seguridad”.

“Precisamente la guerra fría desatada ahora contra Rusia nos dicta determinadas leyes y nos obliga a determinadas acciones”, dijo el legislador, según el cual, los medios de comunicación “más peligrosos” son los llamados “glanzi” (término con el que se designan en Rusia las revistas de lujosa impresión dedicadas a moda y consumo). Estas revistas, explicó, “son más peligrosas que los periódicos sociopolíticos”, ya que “escondiéndose” tras ellas “muchos, al cabo de algún tiempo, comienzan a comprar medios de comunicación en toda Rusia”.

La nueva legislación “va en contra del negocio de los medios de comunicación rusos, puesto que aparta de él a los mejores ejecutivos con experiencia, tecnología y capital occidental” y hará que no sean competitivos, según el diputado Dmitri Gudkov, una de las pocas voces disidentes que sonaron en la Duma…

Nota completa en: El País