La transparencia y la rendición de cuentas en los sindicatos son fundamentales para la defensa de los derechos de los propios trabajadores y no para quienes las demandan, pero para pedir la desaparición de las agrupaciones gremiales, dijo Luis Emilio Giménez Cacho, sociólogo especialista en temas laborales.

En la presentación del cuaderno “La transparencia sindical, otra larga marcha”, organizada por la Fundación Friedrich Ebert y la Red por la Rendición de Cuentas (RRC), elaborado por Giménez Cacho, el coordinador general de la Red, Mauricio Merino, subrayó el escándalo que representan los flujos de dinero público a los sindicatos: “El Pemexgate no fue otra cosa más que dinero del Estado mexicano que terminó en las arcas del PRI para favorecer una candidatura”.

La razón por las que la líder del SNTE, Elba Esther Gordillo, está hoy en prisión es precisamente por haber sido acusada del mal uso y del destino incierto de los recursos públicos que le fueron entregados a ese sindicato, añadió Merino.

“Pero no sabemos bien a bien el origen ni el destino exacto de ese dinero. No tenemos flujo de información suficiente para saber qué pasó con ese dinero al SNTE, y lo que escribe Luis Emilio Giménez Cacho es de primera importancia: la poca o mucha información que hoy tenemos en la mesa es fruto de la larga marcha por tener acceso a la información”, dijo Merino.

Contratos de protección empresarial: moderno corporativismo, Hernández Juárez

Es importante que no se pierda de vista que no nada más hace falta transparencia en el sindicalismo sino en todo el país. La transparencia debe ser nacional, dijo en su oportunidad Francisco Hernández Juárez, dirigente nacional de los telefonistas.

“Insisto en que la transparencia es un asunto central. El gobierno tiene la llave para definir cómo debe ser el diseño de los contratos colectivos. Contratos de protección como los que ofrece Ramón Gámez, el zar de los contratos de protección patronal, que son los contratos que representan la fase superior del corporativismo”, agregó.

Hay una empresa que tiene fama de propiciar esquemas de corrupción, dijo Hernández. Cuando iba a venir Walmart, Gámez les dijo: “ya sabemos que quieres ir a México, te ofrecemos un menú de contratos colectivos y antes de llegar firma contratos colectivos”, y lo hicieron ¡sin tener un sólo trabajador! WalMart llegó al país ya con sindicato, aseguró el también dirigente de la Unión Nacional de Trabajadores.

Recordó que Gámez fue detectado llevando a las niñas menores de edad empaquetadoras de WalMart a fiestas donde las prostituían. Por tal razón, dijo, fue acusado de trata de menores y condenado a 15 años de prisión. “Pero súbitamente escapó y nadie lo encuentra para seguirle ese proceso, pero sí para firmar contratos de protección patronal”.

Hernández Juárez dijo que casi no hay sindicalismo en México y lo poquito que existe “no opera con democracia. El sindicato es lo único que tiene un trabajador para negociar con la empresa, y está en desventaja. Hay que criticar a los sindicatos, pero recordemos que son la asociación de trabajadores que se reúnen para defender sus derechos. El dirigente no es el sindicato”.

Pensamos que el corporativismo había terminado: Peschard

En su turno, Jacqueline Peschard, comisionada del IFAI, dijo que Giménez Cacho logra ir más allá del debate tradicional en torno a la transparencia sindical y afirmó que esto tiene que ver con diez años de Ley Federal de Transparencia.

Peschard, ex consejera electoral del IFE, expresó su rechazo a las posturas que aluden la independencia sindical para no informar del destino de los recursos entregados a los sindicatos, especialmente a los sindicatos de empresas o entidades públicas como los de PEMEX  o la SEP.

El interés público, agregó, es para identificar el principio de máxima publicidad en materia de acceso a la información e identificar aquello que debe estar limitado respecto del mismo derecho.

Los sindicatos, continuó Peschard, son entidades que tienen impacto en la sociedad más allá de sus agremiados. Todo lo que resuelvan los sindicatos en su manera de gobernarse internamente tiene impacto sobe la eficaz defensa de los derechos laborales.

“Pensamos que el corporativismo se había terminado. Hay una cultura del corporativismo de alianza y mutua protección entre los entes públicos y sus sindicatos. Cuando decimos `PEMEX tienes que dar a conocer cuánto transferiste al sindicato con recursos públicos´, el primero que le habla al sindicato para que se ampare es el propio PEMEX, dijo Peschard.

La CNTE es un reflejo de opacidad: yo soy muy optimista frente a un sindicalismo en donde incluso la disidencia es la gran reproductora de los vicios del corporativismo mexicano.

Por su parte, Ricardo Raphael, de la Red por la Rendición de Cuentas, habló de la paradoja muy difícil de resolver entre la aspiración hacia la democracia sindical y la opacidad como mecanismo de protección de las organizaciones colectivas o los derechos de los trabajadores.

La oposición sindical surge para oponerse al capital y busca ganar la partida. Cuántas empresas no se desenlistan del mercado para no pagar. Por qué no lo iba a hacer un sindicato, se preguntó.

La opacidad podría proteger eventualmente al sindicato, que ha descobijado en sus derechos a los trabajadores. El trabajador queda desprotegido no frente al capital sino frente a su propio sindicato, añadió.

“¿Cuánto entra de cuotas (al sindicato)? secreto de Estado. En el SNTE los profesores están absolutamente desprotegidos frente a esos líderes sindicales que han venido vulnerando sus derechos”, señaló Raphael.

El trabajador, dijo, debe tener derecho a exigir la rendición de cuentas a sus dirigentes sindicales: es un derecho de ellos, no de las empresas.

Sin sindicatos, el país pierde: Giménez Cacho

Finalmente, Luis Emilio Giménez Cacho dijo que “si nos quedamos sin sindicatos el país pierde. Lo demuestra la OIT de cómo la distribución del ingreso de un país tiene relación directa con la capacidad que tenga el sindicalismo de negociar. Debemos buscar que haya buenos sindicatos, no demostrar que los sindicatos son muy malos”.

Y es de interés público que haya buenos sindicatos en México. No vamos a tener buenos sindicatos si no cambia radicalmente nuestra cultura laboral. Tenemos que construir una política laboral que se finque en el ejercicio de los derechos de los asalariados. El primero: el genuino derecho de asociación, dijo.

Por último, Giménez Cacho dijo que la opinión pública ha atacado a los sindicatos no a sus líderes. “Necesitamos una nueva representación de los sindicatos. En EEUU los sindicatos inciden en la política económica. En México no operan así porque están secuestrados: necesitamos que se transparenten y representen realmente con una nueva perspectiva y que ganen prestigio en la sociedad”, concluyó.

 

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