Lo público y lo privado componen una gran dicotomía.  En la vida cotidiana son dos esferas que se pueden llegar a tocar pero nunca invadirse si hablamos de una sociedad democrática.

Es más si hablamos de una sociedad decente, es decir una sociedad donde las instituciones del Estado no humillan a las personas, es decir las tratan y las ven como seres humanos, según Avishai Margalit; entonces se respeta escrupulosamente su privacidad y dignidad.

El derecho a la privacidad se ha definido con claridad en la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea (2000 http://www.europarl.europa.eu/charter/pdf/text_es.pdf), en su artículo 7 Respeto a la vida privada y familiar y el artículo 8 Protección de datos de carácter personal, incluidos en el Capítulo I, de dicha carta, titulado DIGNIDADLo que en conjunto non indica que al proteger a estos, en realidad se protege a la persona.

Eso fue con lo que iniciamos nuestra plática de presentación de El ABC de los datos personales el martes 28 de enero pasado en la Ciudad de Puebla a invitación de la CAIP dentro de las celebraciones del Día Internacional de la Protección de los Datos Personales.

Por lo que ese día fue una magnífica oportunidad para llamar la atención sobre la importancia del tema.

En nuestro país creo hay dos publicaciones sobre ello que deben atenderse para quien quiera conocerlo bien.  La primera de ellas fue el motivo del evento mencionado arriba y el segundo es el libro colectivo coordinado por Lina Ornelas Núñez y José Luis Piñar Mañas titulado La protección de Datos Personales en México  (Tirant lo Blanch, 2013).

Pero este último es para involucrarse de manera profunda y seria en el tema, dirigido a quienes moran los círculos académicos e intelectuales.

El nuestro, El ABC de los Datos Personales, está pensado más bien para las personas de a pie. Lo hicimos durante el año pasado desde la Comisión de Comunicación Social de la Conferencia Mexicana para el Acceso a la Información Pública (COMAIP) y no tiene mayor pretensión que la de acercar a cualquier persona a un tema complejo, en principio por su novedad, pero principalmente por la especialidad que exige a quienes quieran estudiarlo.

La fórmula es sencilla, caricaturas y textos breves en un lenguaje amistoso.  En el evento mostramos sólo unos ejemplos.

El primero fue respecto a la pregunta inicial de ¿qué son los datos personales?  Siendo la respuesta gráfica, un personaje cuyo cuerpo lo componen íconos de datos personales impresos en hojas, que avanza con firmeza y afirma “Yo soy mis datos personales” (p. 3 del cuadernillo).  Y más adelante se completa con una definición en dos cortas líneas: “Es toda la información que te identifica, te hace identificable y te distingue de los demás.”

El segundo ejemplo que pusimos fue la respuesta a la pregunta ¿Qué son los derechos ARCO?  Que consiste en un Robin Hood, con arco y flecha en las manos, frente a cuatro blancos “Acceder, Rectificar, Cancelar y Oponer” (pp. 16-19). Cuatro derechos, básicos, centrales podemos decir, para vigilar que no haya un tratamiento y utilización inadecuada de nuestros datos personales tanto por entidades públicas como por empresas privadas.

Remarcamos ante un auditorio ya cautivado por las imágenes que tales entidades y empresas nos tienen que decir, qué información requieren de nosotros, para qué la quieren, quién es el responsable de resguardarla, cómo la protegerán, quiénes tendrán acceso a ella y durante cuánto tiempo la tendrán.

Lo que nos permitió un tercer ejemplo, quizá una de las caricaturas mejor logradas, bueno particularmente a mí me agrada mucho.  Es la que se refiere al Aviso de Privacidad que cautelosamente le pide una chica a un chico que le muestre y con gusto le dará su nombre, domicilio, teléfono… (p.27)

Concluimos señalando que El ABC de los Datos Personales, no sólo nos introduce al tema sino que también nos orienta.  Dije que la caricatura de la página 29 no requiere mayor explicación y que podemos lamentar no proteger nuestros propios datos personales.  Y que los “Tips” para hacerlo en internet me parecen buenas recomendaciones, como esta: “Si vas a publicar fotografías y videos, protege tu intimidad, honor y reputación, así como la de tu pareja y familia.”  Candorosa nos parece la ilustración de la página 33.

Pienso que esta publicación es muy propia para jóvenes y adolescentes.  Cuando la estaba distribuyendo y explicando a jóvenes de bachillerato en Tlaxcala a fines del año pasado lo comprobé, su actitud anti solemne se acopla muy bien a ellos y pienso que con facilidad le encuentran la utilidad.

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