La decisión de las cúpulas partidarias (me resisto a llamarles “Constituyente”), son perversas y tramposas. Lo primero porque corrompen un orden y lo segundo porque son un artificio o simulación de una ley para beneficiar o causar perjuicio.

a)      Las designaciones y la perversión de la institucionalidad

El mecanismo daña la institucionalidad. Cuando por la mera discrecionalidad no justificada se alteran los periodos originales de nombramiento se rompe la continuidad, la estabilidad y certidumbre. Es no tomar en serio a una institución y da lugar a un mecanismo propicio para el avasallamiento y designación de comisionados o consejeros que en su origen parten de reglas pervertidas.

No son reglas de renovación que propicie la normalidad institucional, por el contrario, es una alteración no justificada. Si se tomaran en serio las instituciones, la terminación de nombramientos antes de concluir los periodos, tendría que realizarse por juicio político o por procedimientos de responsabilidad. Hacerlo por transitorio, es una salida falsa y tramposa. Se perjudica a la institución y se elude la rendición de cuentas.

b)      Las designaciones y la frivolidad de quien nombra

Cuando quien nombra y ratifica (o no objeta), posteriormente no respeta tal designación y altera las reglas sin justificarlo, tampoco se toma en serio. O se está ante un descuido e irresponsabilidad en la designación o ante el recurso fácil de no enfrentar y explicitar las razones para hacerlo.

c)       Las designaciones y la instrumentalización de las personas

Las reglas para la integración del INE, son particularmente irrespetuosas para los actuales consejeros. Algunos de ellos fueron llamados por los partidos para destrabarlos de su propia incapacidad. ¡Ahora se les dice que si desean continuar deberán someterse a un procedimiento en el que deberán acreditar si poseen las cualidades para ocupar el mismo cargo!

Un perverso y tramposo juego con las expectativas y los planes de vida de las personas. Quienes están y desean continuar, tienen que entrar a un proceso en el que quienes nombran juegan con sus expectativas, sin reglas transparentes y sin el deber de justificar porqué los ratifican o no.

Al juego de las expectativas, desde el lado de los postulantes se le llama “operar”. Desde el lado de quienes nombran, es el juego de las cuotas, los arreglos.

d)      Las designaciones y el juego de las sillas

A mayores vacantes mayores expectativas. En el caso del IFAI, al someter a los actuales comisionados a una “convalidación” sin reglas claras en el procedimiento y en un escenario de primitiva discrecionalidad, se abre la puerta para el juego sucio.

Quienes buscan desplazar a los actuales comisionados propiciarán notas, columnas, revelarán información, hablarán mal. Hay un escenario propio para la intriga y no para el juego limpio.

Cuando a un consejero o comisionado se le coloca en un papel en el que compite con otros que quizás puedan están bajo su responsabilidad institucional, se altera el funcionamiento al darse una relación distinta de la jerarquía. Si un comisionado no es ratificado y continúa en el cargo a esperar el reemplazo, se le coloca en una posición de fragilidad institucional al deslegitimarlo en su función.

e)      Dime cómo “operas” y te diré tus probabilidades

Cuando es la discrecionalidad política la clave de la ratificación o el nombramiento, las capacidades técnicas, las propuestas institucionales, pasan a segundo término. Lo relevante es “la operación”, el trabajo en corto con quienes tienen el poder de decisión. Lo relevante es ser la carta fuerte y no ser vetable. Cada interesado juega sus habilidades, sus relaciones, aprovecha sus foros. Pero, por otra  parte, es una pieza en el juego de los intereses.

Desafortunadamente, los cambios constitucionales, teniendo la oportunidad de sanear los vicios y construir institucionalidad, terminaron por entramparla. Si las designaciones no se realizan mediante procedimientos abiertos y transparentes donde quienes participen sean valorados por su idoneidad para ocupar los cargos; si quienes deciden no justifican con razones porqué eligen una u otra opción, habrá una mayor probabilidad de que en el futuro volvamos a hablar nuevamente de la renovación total de dichos órganos.

@jrxopa

Publicado en La silla rota