Aunque no dudo que alguien piense que no tengo vela en el entierro, considero que debo opinar con la idea de que, sí puede que sea un hilo de voz en mi propio desierto, pero igual y no.

Y lo digo principalmente porque quienes pudieran leer esto y formen parte de la Conferencia Mexicana para el Acceso a la Información Pública (COMAIP) tal vez crean que a mí qué me importa lo que ahí suceda. Pero como sé que hay personas tolerantes ahí, empezando por su nuevo presidente, Javier Rascado, es que me animo a formularles la pregunta que da título a esta reflexión.

A partir de la reforma constitucional en la materia y esperando no haya regresiones en la leyes secundarias (de acceso a la información -DAI-, de protección de datos personales -PDP- y de archivos), hay que preguntarse ¿Qué hacemos con la COMAIP? Porque algo se tiene que hacer para que se acomode benéficamente y ayude a que el ejercicio de estos derechos humanos fundamentales progrese de manera importante en el país en beneficio de nuestra tortuosa democratización.

Puedo asegurar que la coyuntura le plantea a la COMAIP un verdadero reto para consolidarse como ese espacio de confluencia en el que los órganos garantes del DAI y la PDP han implementado una genuina solidaridad como entidades similares que son.

Solidaridad que ejercida en el ámbito de las relaciones entre individuos, es decir entre Comisionados y Consejeros, que pude experimentar y vivir (lo digo con verdadero gusto) es una auténtica camaradería y fraternidad.

Pero no se crea que me pongo sentimental y mucho menos nostálgico. No, quiero contextualizar lo que considero es el salto que debe dar la COMAIP en este momento para aprovechar toda la experiencia acumulada en diez años (que por cierto puede conocerse un poco en el libro de Miguel Castillo) y ser parte central de lo que mucho se habla ahora, pero que poco se define como el Sistema Nacional de Transparencia (y Protección de Datos, agregaría yo).

Bueno pero voy al meollo de la cavilación. En varias ocasiones le escuche a Oscar Guerra Ford, con esa agudeza propia de su formación de economista diría ahora, que podía no ser muy agradable a veces; que la COMAIP era, palabras más, palabras menos, como “un grupo de amigos”. Y lo decía principalmente para recordarnos que formalmente no tiene “personalidad jurídica”.

Me parece y creo que el ahora Comisionado del IFAI y entonces presidente del INFODF, es uno de los principales indicados en marcar la ruta para que la COMAIP, sin perder la solidaridad, la camaradería y la fraternidad mencionadas, obtenga esa personalidad jurídica que le falta. Que propongo, en cierto modo retomando la propuesta de la fracción parlamentaria del PRI en el Senado, que en la Ley General de Acceso a la Información, se enuncie la creación del Sistema Nacional de Transparencia, entre cuyos elementos esté la COMAIP, tal como hasta ahora existe, es decir sin necesidad de que la encabece nadie, ni siquiera el IFAI.

Es más, que dicho agrupamiento no se vea como un conjunto de “hermanos” sino de “socios” en igualdad de condiciones y con iguales derechos, es decir con sentido democrático.

Por lo que precisamente revisando la propuesta de Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública que ha hecho el Colectivo por la Transparencia vemos que se describe lo que sería el “Sistema Nacional de Transparencia” (Título décimo de la página 124 a la 127) que aunque literalmente dice que está “previsto en el apartado A del artículo 6º Constitucional” (que yo digo que no es necesariamente así, es decir no se menciona como tal), creo que a pesar de ser interesante no me parece lo óptimo.

Por ejemplo su idea de conformar un “Consejo Nacional de Información”, tal como está pensado en su diseño se entiende como un espacio deliberativo y no de acción, como hasta ahora lo ha sido la COMAIP. Siendo honestos, con todas sus dificultades, esta ha venido asumiendo lo que el Colectivo por la Transparencia propone que sean las atribuciones de dicho Consejo (pp.126 y 127).

¿Para qué entonces empezar de cero, si la COMAIP puede constituirse, tal como ahora está organizada, en esa entidad que coordine un Sistema Nacional de Transparencia (y Protección de Datos Personales, como sugiero que se amplíe su denominación)?

Bueno, pero yo no soy el experto, lo más que me puedo decir es estudioso reciente de estos temas, pero no sólo interesado en ellos, a partir de fungir como Comisionado de la CAIPTLAX de 2011 a 2013.

A mí en el último de los casos lo que me preocupa es que la experiencia colectiva acumulada en una década en la COMAIP se pierda. Nada más.

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